Sospechan que al menos dos personas participaron del crimen de Anahí Benítez

Se cree que alguien con un auto ayudó al homicida a trasladar a la víctima ya muerta, para enterrarla.
 Los investigadores del femicidio de Anahí Benítez sospechan que hubo al menos dos personas involucradas en el crimen. La atención de los detectives se concentró en los cruces de llamadas telefónicas y en el círculo de relaciones del único detenido: Marcos Bazán, de 34 años.

La hipótesis sobre un segundo sospechoso vinculado con Bazán -por ahora, el único detenido por el asesinato- cobró forma al analizar el recorrido que hizo el perro rastreador que marcó el galpón del imputado y el lugar donde fue enterrado el cuerpo de la víctima, en la reserva natural Santa Catalina, de Lomas de Zamora. Se trata de un trayecto de casi 300 metros en el que no se hallaron marcas de arrastre. Por eso, los investigadores sospechan que alguien con un auto ayudó al autor del crimen a trasladar el cadáver hasta el lugar en el que fue encontrado, el viernes pasado.

Mientras se esperan los resultados de los estudios complementarios de la autopsia realizada a Anahí, que tenía 16 años, los responsables de la investigación se abocaron a escuchar a más testigos que pudieron haber visto al segundo sospechoso en la casa de Bazán. Esas declaraciones derivarán en nuevos allanamientos.

 

Con respecto a la autopsia, quedó descartado que la víctima hubiese sido enterrada aún con vida. Los forenses no hallaron restos de tierra en los pulmones.

 

Se determinó, también, que murió por asfixia no mecánica, por sofocación; quizás, por la obstrucción de nariz y boca con una almohada. No presentaba signos de defensa y, por eso, se presume que fue ahogada cuando estaba inconsciente, quizás como consecuencia de un golpe (anestesia previa de Brouardel) o por la aplicación de alguna sustancia.

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