Monseñor Martínez: “Solo se puede experimentar la presencia y experiencia de Dios, desde la humildad”

Ayer se llevó a cabo la misa central de la fiesta patronal del Seminario Diocesano Santo Cura de Ars, casa de formación y de oración de la diócesis de Posadas y Oberá.  El lema elegido este año es “La Familia, Cuna de vocaciones” porque «es en el hogar de una familia donde comienzan las vocaciones elegidas y es desde allí que estamos llamados a rezar como sociedad por los pastores que nos acompañarán».

 

La misa fue presidida por Monseñor Juan Rubén Martínez y concelebrada por varios sacerdotes de las Diócesis de Oberá y de Posadas.  La misma se realizó en el patio del seminario, ubicado en Avenida Leandro N Alem 3157 (casi Santa Catalina, o enfrente al colegio homónimo), contó con gran presencia de la comunidad en general, la transmisión en directo de canal 12 y radio Tupa Mbaé. Posteriormente hubo un almuerzo con las familias y la comunidad presente.

 

Homilía de Monseñor Martínez, agradeciendo y pidiendo orar por los jóvenes que desean servir al Señor:

 

Queremos realizar la eucaristía que es una acción de gracia; porque Dios va obrando su amor de muchas maneras y experimentamos también en concreto, que nos ama. Lo que vamos viviendo en la tarea evangelizadora, y en este lugar, es la clave de la diócesis, de nuestro seminario.

En agradecimiento a todos ustedes como pueblo de Dios que nos acompaña tanto la iglesia aquí del seminario, de diversas maneras, con la oración fundamentalmente, orando por el seminario, por las vocaciones y por supuesto queremos agradecer a tantos que trabajan directa o indirectamente en la formación de nuestro seminario: directores espirituales, profesores y a tanta gente que pone su corazón en esto, queremos agradecerle a tanta gente que nos está viendo, a los medios de comunicación, y a tantos medios que en muchos de ellos estuvo presente el tema de este día, el día del Santo Cura de Ars, como patrono del seminario. A todos los que ponen su granito de arena. También que el pueblo de Dios sea consciente de esta tarea evangelizadora. Cosas que no se ven, cosas que están, pero que a veces no salen demasiado. Entonces, es bueno que la gente sepa tambiénque,en un lugar, en un costadito de Posadas, también están pasando cosas grandes, porque desde aquí, de esta fábrica de hacer sacerdotes, que hace 8 años, desde el llamado y el camino que van realizando, van saliendo los pastores que acompañan a nuestro pueblo de Dios.Y que siempre son insuficientes en relación a las tantísimas necesidades que hay en nuestras comunidades. Por eso el señor dice que oremos, porque: “La mies es mucha y los operarios pocos”.

Aun así, tenemos que estar muy a gradecidos a Dios, que vaproveyendo de algunas vocaciones, de nuestros jóvenes, que están aquí y que en su corazón está este llamado, esta respuesta, esta maduración que van realizando.

Y Celebramos en estos días al Santo cura de Ars. Quien vivió en el Siglo XIX en Francia. Sintió la experiencia del llamado, San Juan María Vianey. Y respondió a ese llamado.

Uno puede recordar a los santos por su vida. Sin embargo, el Santo Cura de Ars, pasó toda su vida en un pueblito de 300 personas. Fue impresionante los efectos que provocó en su afán, en su tarea.

Era una figura, en ese lugarcito irradió amor. La gente quería confesarte, quería sus concejos, hasta los ateos.Él, es nuestro patrono en el seminario.

El Cura de Ars. ¿Quétenía este hombre para provocar este efecto en la gente? No era locuaz. Era muy sencillo todo. ¿Qué es lo que provocaba que de alguna manera la gente se acercase?

Yo creo que este cura ha tenido una gran virtud, una gran humildad. Él, había entendido que la clave para poder experimentar el amor de Dios, era la humildad.

“La humildad esla puerta que nos permite ingresar a todas las demás virtudes.”

La pequeñez,es saberse pequeño y necesitado. Es lo que los cristianos tendríamos que realizar. Y que todos tendrían que realizar. Desde donde uno puede servir y ayudar.

“Solo se puede experimentar la presencia y experiencia de Dios, desde la humildad.”

Por eso el señor no pone como primera enseñanza: “bienaventurados los pobres de espíritu, porque a ellos les pertenece el reino de los cielos”.Los pobres de espíritu es hacerse como pequeños.Esa es la clave de la santidad. Algunos rasgos debemos tomar de los niños: necesitados, sin maldad, sencillos,se sienten necesitados.Cuanta falta hace esta virtud en nuestra realidad.

Si bien los sacerdotes debemos trabajar sobre esto, es una virtud que los cristianos debemos trabajar mucho más y no se habla.

Lo contrario de la humildad es la soberbia. Es sentirse como Dios.Cuando uno se la cree, se siente vacío igual, siente la experiencia de la insatisfacción.

Muchos modelos ricos y famosos que están en insatisfacción. Cuando están en insatisfacción comienzan a idolatrar. La plata, el poder. ¿Para qué?

Los verdaderos sabios son humildes. No hay un sabio de verdad, soberbio. Porque el soberbio se engaña así mismo, creyéndose lo que no es. Tenemos que hacer más campaña sobre la humildad y las cosas irían mejor seguramente.

Pedimos alSanto Cura de Ars que nos haga comprender esta virtud.Él lo entendió. Y La gente lo buscaba por eso. Un hombre cargado de sabiduría. Porque el pueblo veía a Dios en un hombre. Ojalá que nosotros aprendamos esta virtud, el de la humildad.

Vamos a pedir por nuestro seminario, nuestros sacerdotes, seminaristas, que trabajemos esta puerta, la de la espiritualidad. Pero para nuestro pueblo de dios, que tengan roles protagónicos. Ojalá que tengan en cuenta esto, de la humildad, para poder servir mejor.

Pidamos por las vocaciones, por los que están. Pidamos que muchos jóvenes quieran seguir a Dios, dando su corazón a Dios y a nuestro pueblo, a nuestra gente.

 

 

 

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