Donald Trump no quiere más soldados trans en las Fuerzas Armadas de EE.UU

En otra decisión polémica, el mandatario decidió prohibirles el ingreso alegando el «tremendo costo médico y los trastornos» que representan.

El presidente estadounidense Donald Trump acaba de dar vuelta otra política de su predecesor Barack Obama al anunciar este miércoles que las Fuerzas Armadas ya no aceptarán ni permitirán el servicio de personas transgénero, a raíz del «tremendo costo médico y los trastornos» que representan.

«Nuestros militares deben estar concentrados en una victoria decisiva y aplastante, y no puede cargar el peso del tremendo costo médico y los trastornos que personas transgénero representarían», justificó el presidente en su cuenta en Twitter, sin precisar cuándo y cómo se aplicará su prohibición.

El mandatario agregó que la decisión había sido tomada «después de consultas con sus generales y expertos militares».

A fines de junio, el secretario estadounidense de Defensa, Jim Mattis, había suspendido por seis meses un plan diseñado durante el gobierno de Barack Obama para aceptar reclutas transgénero a partir del 1 de julio. Actualmente hay hasta 250 miembros de las fuerzas armadas en el proceso de transición de género o que recibieron aprobación formal dentro del sistema del Pentágono, de acuerdo con varios funcionarios militares.

Cifras estimativas del Pentágono indican que entre 2.500 y 7.000 personas transgénero sirven en las diversas ramas de las fuerzas armadas de Estados Unidos y serían entre 1.400 y 4.000 en las reservas.

El más famoso militar transgénero en Estados Unidos es la ex analista de inteligencia Chelsea Manning, quien pasó siete años en la cárcel por filtrar decenas de miles de documentos reservados de las Fuerzas Armadas al sitio web WikiLeaks. Manning ingresó a las Fuerzas Armadas y comenzó su carrera militar como el soldado Bradley Manning. Durante su período en prisión y tras una larga pelea judicial pudo comenzar su tratamiento hormonal.

La cuestión de los derechos de personas transgénero se convirtió en 2016 en el centro de una espectacular controversia a raíz de la adopción de regulación en cada Estado sobre la utilización de baños públicos comunes. Ya en febrero el gobierno de Trump había enfrentado protestas por la decisión de suspender una normativa adoptada por la administración de Obama, que impulsaba a las escuelas públicas a permitir que estudiantes utilicen el baño correspondiente a su identidad de género. (TN)

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