Necesitamos líderes con propósito

Fabián trabajaba -hace un par de años- en una empresa fundada con mucho esfuerzo y pasión por su padre. Cuando nos contactó con la intención de programar una serie de capacitaciones para empleados de su organización, le propusimos conversar personalmente e hicimos un diagnóstico previo. Luego del primer encuentro, de conocerlo, observarlo en acción, y escuchar sus respuestas enviamos una propuesta. Nuestra condición para arrancar con el trabajo era una sola: “arrancamos con encuentros de Coaching para el equipo directivo, o no arrancamos”.

Sabíamos que la apuesta era alta, Fabián nos contó que necesitaba de manera urgente, que sus empleados cambien, mejoren, se adapten a lo nuevo. Sin embargo, nosotros estábamos convencidos de que para lograrlo, primero debía cambiar él, y los que dirigían la empresa. En pocas palabras, las “cabezas” debían revisar sus creencias, valores, y sus modos de ser o de hacer, si querían dar a espacio a que sus empleados apliquen después lo aprendido.

Cito el ejemplo, porque es similar al de muchos otros hijos, nietos, y posibles sucesores de empresas familiares misioneras. Fabián se recibió en tiempo récord, estudió lo que le gustaba, pero desde que volvió a Misiones y comenzó a trabajar en la empresa familiar se sentía desmotivado, fuera de lugar porque no era su área profesional, y sin rumbo. Quizás sin darse cuenta, porque era lo que sus padres esperaron siempre, siguió el mandato tratando de acomodarse todo el tiempo al “deber ser” y no al ser. Eligió lo “seguro”, “lo cómodo que terminó siendo incómodo”, ya que jamás encontró sentido a su participación, y hasta que nos encontramos estaba jugando de prestado en el sueño construido por su padre.

El espacio y la metodología de Coaching es una oportunidad de trascender, de ir más allá de nuestros miedos, límites o del deber ser. Es una manera poderosa de reinventarse, y generar futuro a nivel personal u organizacional. Existen diferentes áreas de aplicación y tipos de Coaching: personal, organizacional, ejecutivo, el de equipos, entre otros. Específicamente, el Coaching organizacional, es una muestra clara del compromiso de la empresa con el desarrollo de su gente. Su aplicación, contribuye a la creación de una cultura colectiva basada en el apoyo, donde los jefes a su vez, entrenan habilidades para acompañar e inspirar a sus empleados a ser la mejor versión de sí mismos.

Por eso, finalmente y como muchas otras veces, no hicimos lo que nos pedían, no pusimos parches, hicimos lo único que sabemos hacer, lo que realmente funciona. Como diría Dewit Jones, «acompañamos e inspiramos a las personas para que sean lo mejor para el mundo, y no sólo los mejores ”.  Entendemos que el cambio vendrá de causas que tengan un significado mayor que lo individual, en todo caso, principios que mejoren nuestra Provincia y la hagan más habitable para todo el mundo.

Creemos que para que las organizaciones mejoren primero debe existir una profunda voluntad de transformación de nuestros líderes. Son ellos quienes transmiten, potencian e inspiran con sus creencias al resto del equipo. Y somos conscientes que también son los «jefes – pseudolíderes” quienes generan todo lo contrario: caos, parálisis, hartazgo, desánimo, confusión, un sin sentido en el grupo, y en la comunidad.

 

 

Sol Jouliá

@soljoulia

 www.soljoulia.com.ar

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