El G20 obligado a poner fin a masacres inútiles

El Papa Francisco en su mensaje a un G20 que representa el 90% de la producción mundial de bienes y servicios, instó a poner fin a todas las masacres inútiles y a detener la actual carrera de armamentos. Deben “resolver en paz las diferencias económicas y encontrar reglas financieras y comerciales comunes que permitan el desarrollo integral de todos, para alcanzar la Agenda 2030 y los Objetivos del desarrollo sostenible”, no tan sólo una aparente unidad en foros sociales o económicos y una aceptada persistencia de los enfrentamientos bélicos.

La ultima Davos denotó cambios en la tendencia, es de aguardar que la actual reunión G 20 la mimetice.

 

“La economía no debe medirse según el máximo beneficio, sino según el bien de todos” recalcaba Juan Pablo II.

 

Transcurrieron dos años de vida de una Encíclica que desenmascaró realidades, Laudato Si. Donde es claramente expuesto el cambio de rol de la actividad humana, pues de tan sólo influir como sucedía en el pasado hoy día se determina el clima donde los que sufren las consecuencias son los pobres de los países ricos y los países pobres y expone claramente la interrelación entre la crisis del clima y la crisis humana. Encíclica donde están claros los motivos por los cuales en las últimas 3 décadas se han derretido un 50% de los hielos eternos, existen 60 millones de refugiados y 50 millones de personas sufren afectaciones a su dignidad  a través de nuevas formas de esclavitud.

 

Hace unos meses, en el marco de los 500 años de la Reforma Luterana, Francisco invitó a los estudiosos de Lutero a asumir lo positivo y legítimo que tuvo la Reforma y a tomar distancia de sus errores superando el clima de mutua desconfianza y rivalidad que caracterizó durante demasiado tiempo las relaciones entre católicos y protestantes con una única solución: diálogo y oración por la reconciliación y la unidad. No sólo gestos, sino consecuencias del jubileo de la misericordia y el diálogo según sus palabras, que son frutos del Concilio Vaticano II y de su inspiración gracias al Espíritu Santo.

 

Pablo VI, en vísperas de la finalización de dicho Concilio, dejó su mensaje al visitar la sede de las Naciones Unidas: “La paz, como sabéis, no se construye solamente mediante la política y el equilibrio de las fuerzas y de los intereses. Se construye con el espíritu, las ideas y obras de la paz”.

Años antes, John Kennedy proclamaba:”La humanidad deberá poner fin a la guerra, o la guerra será quien ponga fin a la humanidad”.

 

 

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