Incidentes en el G-20: miles de militantes antiglobalización se enfrentaron con la policía en Hamburgo

De negro y con pasamontañas, un grupo de manifestantes comenzó los disturbios. Se esperan 30 movilizaciones de este tipo durante el evento.

La policía dispersó este jueves con gases y cañones de agua a miles de manifestantes antiglobalización que salieron a las calles de Hamburgo, donde el viernes arranca la cumbre del G20 con el esperado primer cara a cara entre Donald Trump y Vladimir Putin.

La policía decidió cargar contra la marcha de más de 10.000 personas, entre ellas muchas vestidos de negro y con pasamontañas, que lanzaron piedras, botellas y petardos contra los agentes.

La manifestación, bajo el lema «Welcome to Hell» («Bienvenidos al infierno»), es la más importante de las previstas en la ciudad coincidiendo con la cumbre.

La movilización empezó en el emblemático mercado del pescado de Hamburgo, en el centro de la ciudad junto al río Elba.

La marcha, encabezada con una gran pancarta que pedía «aplastar» el G20 («Smash G20»)fue convocada por una autodenominada «alianza autónoma y anticapitalista».

 

El objetivo de los organizadores era rodear al Centro de Congresos, donde están las delegaciones de la cumbre.

Las autoridades desplegaron en Hamburgo cerca de 20.000 policías convocados de toda Alemania como medida antiterrorista y para evitar la violencia de las cerca de 30 manifestaciones previstas durante la cumbre.

El presidente estadounidense Donald Trump aterrizó a media tarde a esta ciudad del norte de Alemania, donde el viernes y el sábado se reúnen los miembros del G20 (19 países más la Unión Europea), un foro internacional de las principales economías industrializadas y emergentes.

Trump venía de Polonia, donde reiteró su apoyo a la OTAN y advirtió que está en juego «nuestra civilización» occidental.

«Instamos a Rusia a poner fin a sus actividades desestabilizadoras en Ucrania y en otros lugares» dijo Trump en su discurso en Varsovia, una inusual crítica a Rusia, pocas horas antes de su primera reunión bilateral con Putin.

Moscú no ve con buenos ojos la expansión de la Alianza Atlántica hasta sus fronteras.

Las relaciones entre la Casa Blanca y el Kremlin se complican además por las acusaciones de que Rusia interfirió en las presidenciales estadounidenses de 2016 y las posibles conexiones rusas del entorno de Trump.

«Creo que pudo ser perfectamente Rusia (quién influyó en en las elecciones). Pienso que también pudo haber otros países» dijo Trump en Varsovia.

El encuentro con su par ruso será clave en la evolución de los conflictos de Ucrania y Siria.

«La segunda visita a Europa se puede resumir en una palabra: Putin», afirma Derek Chollet, un analista del German Marshall Fund of the United States, que asegura que a ambos líderes no les gusta perder y «se sienten más cómodos con la intimidación». (Infobae)

 

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