Megaoperativo en Posadas: «Nada de lo que tengo acá es robado», dijo el dueño del desarmadero allanado

Rubén Merenda, propietario del predio donde se vendían autopartes en ruta 12 y Constitución, habló con Misiones Online y salió en defensa de su negocio familiar: «Mi expediente es limpio y tengo la conciencia tranquila».

En la tarde de ayer trascendió la información de un megaoperativo llevado a cabo en Posadas en conjunto por el Ministerio de Seguridad de la Nación y la Policía de Misiones en el que se allanó al «desarmadero más grande de la provincia», con un saldo de aproximadamente 50.000 autopartes secuestradas. Se trata de un conocido predio que funciona desde hace cincuenta años y ocupa aproximadamente una manzana en el cruce de ruta 12 y la avenida Constitución.

Si bien la información brindada por la cartera nacional de seguridad sugiere que las piezas que estaban a la venta en el lugar eran robadas y procedían de «talleres dedicados al desguace de automóviles en todo el país», Rubén Merenda, dueño del importante negocio, salió al cruce de dicha versión: «Yo me dedico a la limpieza de talleres, donde recupero los repuestos que sirven para vender. También vendemos autopartes nuevas, pero nada de esto es robado, por eso no estoy detenido».

Según comentó Merenda, «todos en la provincia» conocen su negocio, ya que fue iniciado por su padre hace cincuenta años y es uno de los más viejos de la zona. Tanto es así, que incluso posee algunas reliquias, entre las que destaca «partes de Ford A y de Ford T».

«En el 2007 me había anotado como corresponde. En el 2011 me hicieron un allanamiento donde secuestraron la mercadería porque no tenía los stickers correspondientes, pero la compra y la tenencia estaba justificada. Entonces ellos me dejaron como depositario judicial y dijeron que más adelante iban a venir a retirar», aunque eso nunca sucedió, en palabras del dueño del establecimiento.

Por otro lado, Merenda precisó que desde el 2008 está en juicio con el Estado nacional, ya que «el gobierno nunca mandó los stickers para poner en cada mercadería».

En total, el valor de la mercadería incautada asciende a aproximadamente unos cincuenta millones de pesos, aunque Merenda tiene la esperanza de poder recuperar parte de lo secuestrado: «Estoy de acuerdo con los controles que están haciendo porque hacía falta en la provincia. Lamentablemente me tocó a mí y yo no pude justificar porque esto es muy grande, así que voy a ir haciéndolo a medida que el juez me pida las facturas, que tengo de todo».

Al margen del valor económico, el comerciante lamentó la pérdida de «los cincuenta años» que trabajó en el negocio.

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