Luego de la pelea de presos y el decomiso de 60 «facas», hay inspección judicial en la cárcel de Oberá

El Tribunal Penal de Oberá en pleno encabeza este viernes una inspección en la Unidad Penal de esa ciudad luego de la pelea entre presos que casi deja muerto a uno de ellos. Además del hecho de violencia que protagonizaron dos condenados, hay alarma por la cantidad de armas de fabricación casera que incautó el Servicio Penitenciario en la última requisa.
En el presidio que alberga a 297 internos, decomisaron más de 60 «facas». Es decir, la posibilidad de algo grave estaba latente.
Los camaristas Francisco Aguirre, Lilia Avendaño y José Pablo Riveros suelen inspeccionar la colonia carcelaria, porque ejercen el control sobre los reos que están sujetos a proceso en causas que tramita el Tribunal. Suelen escuchar las inquietudes y buscar las soluciones respectivas. Pero en esta ocasión, un halo de tensión extra sobrevuela la inspección.
De acuerdo con lo que pudieron reconstruir las autoridades del Servicio Penitenciario Provincial, fue Cristian Valenzuela armado con un cuchillo de fabricación casera quien irrumpió en la celda del también condenado Oscar Carballo y quiso agredirlo. Allí se desató una pelea, que terminó como ya se sabe: con uno de los contendientes al borde de la muerte. Valenzuela sufrió una herida en el abdomen y lo operaron en el hospital Samic.
Una vieja diferencia entre ambos fue el motivo del incidente. Carballo fue separado de los demás reclusos y se le impuso un castigo disciplinario.
El herido, sobre quien pesa también un antecedente por fuga de la cárcel de Loreto en 2015, cuando se recupere, será enviado a otra colonia carcelaria.

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