Confirmaron el procesamiento de dos agentes de la PSA detenidos en Iguazú por el robo a un empresario

La Sala 6 de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional confirmó esta semana el procesamiento de Miguel F. y Gerónimo Z., dos integrantes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) acusados de haber participado del robo de 800 mil pesos a un empresario yerbatero que viajó de Puerto Iguazú a Aeroparque junto a su hermano, con el dinero repartido en dos valijas. En la causa también están procesados otros dos hombres, que participaron tanto en la individualización y seguimiento de las víctimas al arribar a Buenos Aires, como en el asalto sufrido al llegar a su domicilio, junto a otros sujetos aun no identificados.
En la etapa de instrucción intervinieron la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N° 2, a cargo del fiscal Santiago Vismara, quien cuenta con la colaboración de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) -a cargo del fiscal Felix Crous-, y específicamente del Área de Corrupción en las Fuerzas de Seguridad de ese organismo, a través del fiscal ad hoc Fernando Vallone y su equipo.

El hecho
En la mañana del 12 de agosto de 2016, un empresario yerbatero y su hermano viajaron en avión desde Puerto Iguazú, provincia de Misiones, a Buenos Aires, transportando entre su equipaje dos valijas con 400 mil pesos cada una. Al llegar a Aeroparque, los esperaba la pareja de uno de ellos junto a sus tres hijas, y luego los seis se trasladaron en una camioneta Honda CRV hasta su domicilio, en la avenida Jujuy al 1200, en la Capital Federal.
Al estacionar el vehículo en la puerta del edificio y abrir la puerta, la mujer fue sorprendida por un hombre que le exigió que no se bajara del vehículo, en tanto otros dos (uno de ellos armado) se acercaron a uno de los hermanos mientras retiraba el equipaje del baúl: “Dejame las valijas estas que las llevamos nosotros, mirá que estamos armados”, le dijo.
Mientras esto ocurría, el empresario se arrojó sobre el tercer hombre, por lo que el agresor que estaba armado disparó tres veces, alcanzando en uno de esos intentos al hermano en un dedo y el tórax. Luego, los agresores tomaron las valijas y huyeron corriendo por Jujuy hasta Cochabamba, subieron a tres motos tripuladas por otros tres hombres y lograron retirarse del lugar. La hipótesis acusadora divide el suceso en tres etapas: la selección de las víctimas en el aeropuerto de Misiones por parte de los oficiales F y Z, su individualización y seguimiento al arribar al aeropuerto Jorge Newbery, y el desapoderamiento sufrido en la puerta de su domicilio.

La investigación
El empresario y su hermano arribaron a la terminal de Misiones a las 14:45, y unos quince minutos más tarde pasaron por el escáner del aeropuerto una de las valijas con dinero. En ese momento, el oficial F, al advertir el contenido, consultó si la segunda “tenía más de lo mismo” (sic) y, ya en la sala de embarque, se acercó Z, que les informó que si a futuro transportaban sumas importantes de efectivo, debían hacérselo saber al personal de seguridad por una supuesta disposición del Banco Central.
Habiendo quedado acreditado que tanto Z como F sabían del contenido del equipaje, su intervención en los hechos se enmarcó en una maniobra más compleja. Al mismo momento en que terminaron los controles de preembarque del vuelo, Z se comunicó telefónicamente con otro de los acusados, que aparece en las filmaciones de las cámaras de Aeroparque caminando detrás de las víctimas hasta que ascienden a su vehículo. Para los jueces de Cámara, aunque no se haya podido determinar el contenido del llamado, todo conduce a pensar que ese contacto formó parte del seguimiento una vez que se detectaron los 800 mil pesos en el equipaje.
Por último, la participación del último procesado, como parte del grupo que asaltó a los dos hermanos en la puerta de su domicilio, se tiene por acreditada por la identificación que hicieran las víctimas de un teléfono celular hallado en el lugar, abandonado involuntariamente por el acusado al momento de darse a la fuga.
Por último, que los autores materiales del hecho sabían perfectamente cuál era el equipaje que debían apoderarse lleva a pensar que no se trató de un abordaje aleatorio, sino de una maniobra coordinada que se inició cuando F y Z advirtieron el transporte del dinero. Por ello, la Sala decidió no hacer lugar a un recurso de apelación interpuesto por sus defensas y confirmó los procesamientos a Z, F y el marcador como partícipes primarios, y al último de los acusados como coautor del delito de robo agravado por el uso de un arma de fuego.

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