Asesinato del sindicalista: los cinco sospechosos declararon, dijeron que no formaban ninguna banda y que no tienen nada que ver con el crimen

Los cinco detenidos por el asesinato en Posadas del sindicalista mercantil Pablo Sabino Achingo (57), a quien golpearon y prendieron fuego vivo en la madrugada del pasado miércoles, declararon al ser llamados a indagatoria. Se desligaron del hecho, confirmaron fuentes judiciales.
El juez de Instrucción Uno, Marcelo Cardozo, les imputó del delito de «homicidio en ocasión de robo» y les detalló los indicios que por el momento hay en su contra.
Salvo los hermanos Elio Romualdo (28) y Jhonatan Ortega (25), todos aseguraron que no se conocían entre sí. Dijeron que no tienen nada que ver con el homicidio y detallaron qué hicieron el día del crimen. Uno habló, por ejemplo, que estuvo en un bar esa jornada y que podía probarlo.
Además de los O., están entre rejas por el crimen Camila L., Pedro Ramírez (28) y Marcelo Ojeda (30).
En el caso de Camila, alias «Cami», contó que ella trabaja como prostituta, detalló que en la madrugada en la que asesinaron al secretario adjunto del Centro de Empleados de Comercio estuvo con distintos clientes, pero no se acordaba de nombres, apellidos ni aspectos físicos.
Las consultas que le hicieron tienen que ver con las sospechas de que ella estuvo con Achingo y lo «entregó» a una banda de asaltantes, que finalmente lo ultimó.
Ahora, el juez Cardozo empezará con la ronda de testimoniales y recibirá las pericias ordenadas para esclarecer el caso. En este sentido, este miércoles se realizó en la Jefatura de Policía una prueba odorológica para determinar si la víctima estuvo en alguno de los dos autos (o en los dos) incautados en el marco de la causa: una VW Suran y un Citroën C4. Con canes entrenados de la fuerza de seguridad provincial se buscó determinar si podían olfatear entre material incautado en los coches, la presencia del sindicalista.

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