Envenenados en Salta: la mamá intentó salvar al nene con respiración boca a boca

El pequeño ingirió directamente de la botella contaminada con cianuro y su madre lo hizo al intentar reanimarlo. El autor del crimen se negó a declarar ante la Justicia.

Alejandra Párraga, la joven que murió envenenada a su hijo de dos años en la ciudad de Salta, tomó contacto en el cianuro que les proporcionó su novio cuando le practicaba respiración boca a boca al pequeño en un dramático intento por salvarle la vida.

El fiscal Ramiro Ramos Osorio señaló que mientras el niño, llamado Amir, ingirió directamente la botella de agua contaminada con cianuro, su madre, de 25 años, lo hizo al «intentar reanimarlo», por lo que fueron distintas las formas en las que murieron.

Para Ramos Osorio, «el caso está totalmente esclarecido» y hay evidencias de que el novio de Párraga, Rodrigo Gaspar Cinco, actuó con intencionalidad. Informó en declaraciones televisivas. Además, aseguró que Gaspar Cinco, un joven de 28 años que es docente y estudiante de periodismo, fue imputado de «doble homicidio calificado» y que podría recibir una pena de prisión perpetua, mientras que en las próximas horas iba a ser trasladado a una unidad carcelaria.

El fiscal señaló que «se trabaja para arribar a un juicio lo antes posible». Ramos Osorio señaló que el imputado, una vez que se concluyó con las pruebas toxicológicas, fue detenido en pleno velatorio de las víctimas.

Los decesos de Alejandra Párraga y su pequeño hijo Amir se produjeron el lunes, pero no fue hasta horas más tarde que se descubrió que habían sido envenenados.

Según las investigaciones realizadas, Gaspar Cinco le dio a Párraga una botella con agua, que dijo haber hecho bendecir en la Catedral local, para supuestamente contribuir a la curación de su pequeño hijo, que se encontraba enfermo, aunque al parecer el líquido había sido contaminado con el mortal veneno.

El nene y la joven, que estudiaba la carrera de nutrición en la Unidad Nacional de Salta, se descompusieron y fueron llevados a una clínica privada, donde en primer lugar murió el niño y luego la mujer.

Lo que en primer lugar se pensó que era un caso de intoxicación accidental, dio un vuelco ese miércoles cuando una mujer llamó a la fiscalía actuante y dijo que Gaspar Cinco le confesó que se había mandado «una macana grande».

Si bien la mujer no entendió lo que le decía el hombre, cuando se enteró por los medios que habían muerto su novia y el pequeño, hiló fino y decidió dar cuenta a las autoridades judiciales.

Gaspar Cinco y Alejandra Párraga habían comenzado una relación amorosa meses atrás, y unos 30 días antes, la chica lo había presentado ante su familia.

De acuerdo con el testimonio de familiares, el joven, en el mes que visitó la casa de su novia, había evidenciado cierto fastidio con la presencia de su pequeño hijo y semanas atrás, esa situación, había motivado una fuerte discusión de pareja.

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