Atentado en Londres: la heroica reacción de un empleado de un restaurante argentino

El peruano Freddy Miranda salvó a sus compañeros y clientes de la «Porteña», un local en Borough Market. Crónica de valientes que se defendieron con lo que tenían a mano.

Un empleado del local «Porteña» ubicado en Borough Market, Londres, salvó de milagro su vida y las de otras cinco personas que podrían haber sido atacadas por los tres terroristas que el fin de semana apuñalaron a todos los que se les cruzaban por su camino. El peruano Freddy Miranda estaba por salir del restaurante para tomarse un descanso cuando, de repente, se dio vuelta y vio cómo había la gente corría desesperada por la calle.

Inmediatamente se metió en el local, donde estaban un compañero y clientes, y le dio la orden de bajar la persiana del local. Así quedaron a resguardo de los terroristas, mientras veían con terror, protegidos y desde adentro, como los agresores apuñalaban gente «a diestra y siniestra» como relató Miranda en una entrevista con TN, desde Londres. «Incluso un patrullero se estrelló contra el local, porque habían atacado al conductor», reveló el empleado.

«En otros lugares también cerraron las persianas, mientras seguían los ataques: los agresores caminaban tranquilos», aseguró Miranda, que dijo que no escuchó el nombre de Alá, que mencionaron los terroristas en medio de la masacre. «Atacaban a todo el que se le cruzara por el camino», insistió el empleado en su relato.

El argentino Federico Fugazza, dueño del negocio, explicó que tuvo que avisarle a la Policía que había empleados suyos y clientes en el lugar y que tuvieron que permanecer allí durante un largo período, hasta que fueron auxiliados por las fuerzas de seguridad.

«Estaban expuestos, y yo temía que fueran vistos como una amenaza. Les pedí que se quedaran dentro y no salieran. Finalmente los sacaron del lugar con las manos en alto -al igual que todos los evacuados-. Faltan sillas y algunas mesas que se llevaron los forenses para analizar», explicó.

Defenderse con lo que hay

El de Freddy Miranda no fue el único caso de grandes héroes en medio del pánico. Un español de Pontevedra, Sergio Fariñas,también dio la orden de bajar la persiana del local que administra en Borough Market, pero los terroristas llegaron antes de que la persiana terminara de bajar. Fue la acción de Fariñas que forcejeó contra los atacantes, lo que impidió que se metieran en el bar e hicieran un desastre.

Otros testigos del atentado del sábado en Borough Market también se jugaron la vida tratando de contener a los atacantes utilizando lo que tenían a mano.

Gerard Vowls, de 47 años, que había estado viendo la final de la Champions League de fútbol en el pub Ship, explicó a The Guardian que vio cómo apuñalaban a una mujer entre 10 y 15 veces.

«Decía ‘ayúdenme’, ‘ayúdenme’, y no pude hacer nada», lamentó. Vowls lanzó sillas, vasos y botellas a los agresores para tratar de alejarlos de la mujer.

«Venían una y otra vez a acuchillarme», narró. «Sé que lo que hice fue insensato, pero trataba de salvar vidas», dijo.

«Si hubiera resbalado estaría muerto, me hubieran matado», añadió.

«Quiero saber si la mujer está bien. Llevo una hora y media dando vueltas llorando, no sé qué hacer», dijo Vowls, conmovido.

El taxista Chris estaba en el puente (el London Bridge) cuando los autores del atentado atropellaron a la gente con su furgoneta blanca, antes de dirigirse hacia los bares de la zona armados de cuchillos.

«Vi cómo apuñalaban a una chica en el pecho», dijo a la radio LBC.

«Le dije al tipo que estaba en mi taxi que iba a tratar de golpear» a uno de los atacantes. «Iba a tratar de arrollarlo. Giré y lo intenté, pero me esquivó», explicó.

Los tres atacantes acabaron abatidos, no sin antes matar a siete personas y herir a unas 50.

Florin, un trabajador rumano de una panadería de la zona difundió un video en el que se lo ve armado con un palo yendo de un lado a otro en Borough Market, gritando insultos irreproducibles y explicando a sus compañeros que le estampó una canasta en la cabeza a uno de los atacantes.

«¡Le pegué con una canasta en la cabeza, rompí la canasta en su cabeza!», grita Florin. «¡Quedó aturdido!». «Vaya cuchilladas que asestó a un hombre, Dios mío», lamentaba en la grabación.

Un taxista, Aksha Patel, dijo a Sky News que una pasajera suya le explicó que había bloqueado con su cuerpo la puerta del restaurante Black and Blue para impedir la entrada de un atacante, el tiempo suficiente para permitir que la gente saliera por la puerta de atrás, hasta que finalmente tuvo que ceder y salir corriendo.

«La gente logró escapar por la puerta trasera, salvando así unas 20 vidas», dijo el taxista, citando a la mujer.

Honesto fue el gesto de Richard Angell, que volvió este domingo a pagar la cuenta y a dejar propina en el restaurante del que salió huyendo. «Tenía que pagar la cuenta», explicó a Buzzfeed News. «Además, no dejé propina, y nos cuidaron cuando tenían que haber estado cuidando de sí mismos», añadió.

Lewis Bennet, de 39 años, narró la efectividad de la policía al acabar con uno de los atacantes. En tan sólo 8 minutos desde que recibieron el primer aviso, los oficiales persiguieron y mataron a los tres autores del atentado.

Bennet estaba en un pub de la zona, según su narración al diario The Guardian.

«Al principio el atacante no hizo nada, se quedó ahí de pie durante unos 10 segundos», dijo Bennet del agresor que entró en su pub.

«Pero entonces agarró el cuchillo y empezó a apuñalar a la gente que tenía cerca. Acuchillaba a la gente en el estómago y las piernas», acotó.

«Gritaba ‘Alá es grande’, ‘Alá es grande’, tenía acento británico», continuó Bennet.

Dos policías entraron por la puerta trasera. El atacante se abalanzó sobre uno de los dos, pero su compañero se arrodilló y disparó dos tiros que acabaron con el agresor.

«Murió ahí, en el suelo del pub».

 

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