Repensando la estrategia internacional del sector foresto-industrial

 El licenciado Carlos Berninger, especialista en Comercio Exterior, analiza en su columna mensual los problemas a resolver del sector en forma urgente, “con medidas de fondo, pro activas, en lugar de proteccionistas. Hay que revisar la distorsión de impuestos y cargas de las industrias locales respecto a las de países vecinos, donde al mismo nivel tecnológico y capacidad productiva son mucho más competitivas”, señala.

 

 

Es muy preocupante y triste ver la realidad actual del sector forestal en lo referente a su estrategia internacional.

Argentina es sin dudas unos de los países más competitivos para la forestación, principalmente las regiones de Misiones y norte de Corrientes para el pino, donde los niveles de crecimiento son únicos en el mundo.

Mediante la estrategia de incentivos a la forestación aplicada por el Gobierno Nacional y el acompañamiento de los privados a tal iniciativa, esta región se convirtió en un polo muy importante en este rubro, y cuyo potencial es aún muy amplio. Lamentablemente durante los últimos años los distintos gobiernos se han olvidado, o incluso perjudicado, a esta economía regional, clave para el desarrollo del Noreste Argentino.

En lugar de estar enfocados en establecer condiciones propicias para crear nuevas industrias, incrementar la capacidad productiva de las ya existentes, ver como incrementar las exportaciones al mundo, estamos viendo como las inversiones se van hacia otros países, como Uruguay o Brasil.

En lugar de estar buscando nuevos mercados, estamos abocados en ver como fijar instrumentos para restringir las importaciones de los productos forestales de países vecinos y cortando rutas para que mejore el mercado interno y no perder puestos de trabajo.

 

¿Qué nos pasó en el camino?

Entre los años 2006 y 2008, Argentina exportó productos forestales (sin tener en cuenta la pasta y el papel, ni el carbón) por unos U$ 275 millones anuales. En el año 2016 las mismas llegaron sólo a U$ 90 millones.

Los tableros MDF llegaron a ventas de más de U$ 90 millones anuales durante los años 2006 a 2011, salvo el año 2009 que fue la crisis internacional, donde se exportó por U$ 72 millones. En el año 2016 las mismas fueron de U$ 32 millones.

Los tableros de partículas durante los años 2005 a 2011 llegaron a valores de ventas al exterior superiores a los U$ 30 millones. Durante el año 2016 sólo se exportaron poco más de U$ 3 millones.

Respecto a los productos de madera sólida, las exportaciones superaron los U$ 100 millones anuales desde el 2004 al 2008, llegando a los U$ 130 millones en el año 2006. Las ventas al exterior del año pasado no llegaron a U$ 50 millones.

No sólo perdimos la senda de las exportaciones. Debido a los altos impuestos y cargas de las industrias locales, hoy tenemos que protegernos de las importaciones, ya no es sólo falta de competitividad para exportar, también para competir en igualdad de condiciones con productos importados.

El mercado brasilero, país con el que compartimos un acuerdo comercial, a través del Mercosur, representó hasta el año 2013 el principal o segundo principal destino de las exportaciones del sector. Durante el 2014 fue el 3er mercado, con la aparición de China.

Si bien las exportaciones al vecino país disminuyeron drásticamente durante 2015 y 2016, Brasil sigue siendo un mercado natural y estratégico que debemos cuidar.

Hace muchos años que Argentina pone trabas a la importación de productos desde Brasil, con las DJAIs al principio, y ahora para algunos productos a través de las SIMIs no automáticas. Medidas que pueden ser buenas en un corto plazo para proteger a la industria antes casos puntuales, pero de ninguna manera instrumentos de largo plazo. La solución no pasa por aquí.

En Brasil ya hay iniciativas para colocar barreras a las importaciones de algunos productos forestales provenientes de Argentina, si continúan las restricciones al comercio de sus productos. Esto puede afectar mucho a algunos bienes que dependen o tienen potencial para este mercado. Las trabas al comercio no son gratuitas, generan controversias y complicaciones con los países con los cuales se aplican, pudiendo generar restricciones a la hora de querer colocar nuestra producción en estos mercados.

 

Problemas a resolver

Es hora que tanto los Gobiernos, como los privados, se sienten a resolver los problemas del sector en forma urgente, con medidas de fondo, pro activas, en lugar de proteccionistas.

Hay que revisar la distorsión de impuestos y cargas de las industrias locales respecto a las de países vecinos, donde al mismo nivel tecnológico y capacidad productiva son mucho más competitivas. Así como se hicieron los acuerdos con el sector petrolero y otras industrias, el sector forestal necesita medidas de estas características.

A nivel exportaciones también se presentaron propuestas de modificación de reintegros y compensación de logística a las exportaciones que tienen un impacto fiscal mínimo y podría redundar en la reactivación del sector. Son medidas de implementación inmediata que requieren sólo de decisión política.

Es momento de tomar cartas en el asunto y discutir medidas concretas de corto y de largo plazo que contribuyan a recuperar este sector, concebido no sólo para abastecer el mercado argentino, sino para cubrir necesidades de otros países y que debería estar creciendo y abriéndose al mundo, no cerrándose dentro de nuestras fronteras y con expectativas solo de que aumente la demanda del mercado interno.

 

 

 

(*) Experto  en Comercio Internacional y propietario de la firma Carber.

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