Las promesas misioneras que sueñan con debutar en Primera

Mauricio Maslovski, Imanol Segovia y Facundo Hoffmann son tres de los miles de jóvenes que viven en las pensiones de los clubes grandes de Argentina, donde día y noche se desvelan por cumplir un sueño que parece sencillo, pero al que sólo unos pocos llegan: debutar en Primera División.

El “Lobo” Fischer y “Tito” Cucchiaroni son dos nombres históricos de jugadores misioneros que engalanaron el fútbol de élite argentino con su presencia en las canchas cada fin de semana.

Más adelante en el tiempo, se pueden destacar las apariciones de Martín Benítez en Independiente, Jonathan Schunke en Estudiantes y el más reciente debut del sorprendente Esteban Rolón en Argentinos Juniors. También está el caso de jóvenes que, sin haber debutado o con apenas unos pocos partidos en Primera, dan el salto a Europa, como le sucedió al “Chiquito” Romero.

Indiferentemente, cualquiera de estas historias comienza con un sueño por el que, ya desde niños, los jugadores dejan atrás a sus familias para mudarse a la pensión de un club y embarcarse a un futuro incierto con el deseo de debutar en Primera como única garantía. Mauricio Maslovski, Imanol Segovia y Facundo Hoffmann son tres promesas misioneras que día a día dejan todo en la cancha y en los entrenamientos para cumplirlo.

Tras los pasos de “Chiquito”

A sus cortos 10 años, Mauricio Maslovski dejó el barrio San Ignacio Miní, donde entrenaba con el técnico Mario Oiler, rumbo a Rosario, a miles de kilómetros de su familia. El joven arquero recaló en Academia de Fútbol Ernesto Duchinni, donde fue becado. “Cuando me dijeron que me querían acá, me junté con mi familia para decirles que yo me quería quedar. Cumplí los 11 años acá”, recordó Mauri.

Luego de tres temporadas, su buen rendimiento bajo los tres palos llamó la atención de Rosario Central, que rápidamente lo incorporó a sus filas. Asimismo, también fue convocado a la selección juvenil: «Tuve la posibilidad de estar en el Sudamericano Sub 15 y en el Sub 17 de Chile. La verdad que fue una experiencia muy buena porque te enfrentás con los mejores del continente en la categoría y después cuando volvés podés aplicar todo eso en el club».

Si bien su referente en el puesto es Buffon, el joven posadeño de 17 años también tiene como faro al arquero titular de la selección mayor, Sergio Romero: “Tuve la posibilidad de conocerlo cuando fui convocado a la selección. Me sorprendió que sea un chico tan humilde y buena onda”.

Afortunadamente, su familia se mudó a Rosario en 2012 para estar más cerca, aunque la distancia no es el único sacrificio que debe sortear un juvenil en su carrera: «A veces es duro ver que tus amigos festejan los cumpleaños o salen y uno tiene que quedarse, pero es el precio a pagar por tener este sueño».

Mauri es una de las grandes promesas del Canalla en un puesto en el que puede resultar muy difícil escalar posiciones: en su caso, a pesar de tener edad para la Sexta, ya hace las veces de titular en la Cuarta División. Incluso ha sido sondeado por algunos clubes europeos, aunque por el momento su intención es “firmar contrato con Central” y llegar a ocupar el arco que hoy defiende el “Ruso” Rodríguez.

De San Vicente a la cantera de River

A sus jóvenes 18 años, Facundo Hoffmann ya pasó por tres de los más grandes clubes del país: su periplo comenzó con una prueba en Boca, que lo preseleccionó tras una visita del Xeneize a su San Vicente natal. Por esas cosas del destino, en el viaje de vuelta de aquella vez, su papá se cruzó con un conocido cuyo hijo jugaba en San Lorenzo. “Un mes después, el señor llamó a mi papá y le dice que hacían falta centrales de la categoría 99”, recordó Facu.

Tras un año en San Lorenzo, donde había ido con tan sólo 12 años, Facu dedidió regresar a su casa porque extrañaba mucho a su familia. Aunque el sueño de jugar al fútbol pudo más y volvió al ruedo en las inferiores de Quilmes. Ya más formado, el joven defensor se destacó rápidamente: “En febrero de 2015 me vine a probar a River y quedé. Desde ahí estamos luchando día a día”.

Sobre aquella vuelta, el jugador recordó: “Rezaba para venir a Buenos Aires. Estoy acá porque amo al fútbol: sino es por amor, uno no podría hacer esto. El sacrificio que tenés que hacer estando lejos de la familia es inmenso, pero te reconfortás con todo lo que pasa acá”.

En su tercer año en uno de los clubes cuyo pilar fundamental es la formación de juveniles, la competencia en la Quinta División se torna difícil, aunque el joven zaguero no baja los brazos: “Mi sueño es triunfar acá en River. Y donde no se pueda en River, intentar en cualquier otro lado. Es por eso que estoy acá y por lo que lucho día a día”. Con la idea fija en cumplirlo, el defensor se entrena en doble turno: por la mañana con el club y por la tarde de forma particular.

Para Facu es importante aprender de otros jugadores de mayor experiencia: “A veces me quedo mirando partidos de categorías más bajas, porque de todo se aprende. Veo los movimientos de los centrales así cuando juego tengo más alternativas”. No obstante, su favorito indiscutido en el puesto es Ramiro Funes Mori: “Me tocó ir de alcanzapelotas cuando River salió campeón de la Libertadores y lo tenía adelante mío. Siempre lo seguí, de él aprendí mucho”.

En la última semana, al oriundo de San Vicente lo sorprendió su aparición en el video conmemorativo por el aniversario del club de Núñez: “El encargado me dijo si podía hacerle la gauchada de ir al video y dije que sí, pero no sabía de qué era. Cuando vi que salió en la página de River y por la pantalla del Monumental me puso re feliz. Es un honor y un orgullo”.

La torre de Avellaneda

Imanol Segovia destaca en cada partido de la Séptima de Racing, no sólo por su juego aguerrido sino que también por su porte: el central posadeño mide 1.91, una altura inusual para sus cortos 16 años.

Al igual que Facu y Mauri, su derrotero comenzó cuando aún era un niño: a los 11 años ya había pasado por Argentinos Juniors, aunque no pudo conseguir vacante en el colegio y se tuvo que volver. En 2016 fue a River, donde la fortuna no lo acompañó y le dieron el pase libre. «Por suerte, hablé con un representante que me consiguió una prueba en Racing», donde finalmente encontró su lugar en el mundo.

“Al principio estaba como nervioso porque tenía que empezar de cero. Ya me había hecho amigos en River, pero por suerte mis compañeros me ayudaron mucho y me adapté bien en el grupo», comentó Imanol sobre su nuevo club.

Hoy en día, la vida del joven zaguero pasa en la pensión de la institución de Avellaneda: «Es un lugar muy familiar y nos atienden muy bien. Nos levantamos tipo 7 y desayunamos acá. Después nos pasa a buscar una combi que nos lleva hasta el predio, que queda a unas quince cuadras. Entrenamos dos o tres horas y ya nos pasa buscar de nuevo la combi para venir a almorzar. Más tarde vamos al colegio».

Como todos, el sueño de Imanol es llegar a Primera y, por qué no, a la Selección, aunque el posadeño tiene la cabeza puesta en su actualidad: «Primero me tengo que poner metas a corto plazo, hacer un buen año y si Dios quiere el año que viene estar ahí, viendo si la Reserva me llama”. En concordancia con esa meta, el año viene bien para la Séptima de la Academia: «Estamos cuartos, a dos puntos del primero, y seguimos invictos».

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