Racing igualó con Rionegro Águilas Doradas y sigue en la Sudamericana

A los 20 minutos, Pablo Cuadra abrió el marcador en Antioquia para la Academia. Empató Hurtado para el local. En la ida, en Avellaneda, había ganado el equipo de Diego Cocca por 1 a 0. Se lesionó Musso, el arquero que le sacó el puesto a Orión.

Racing sigue vivo en la Copa Sudamericana. Dejó en el camino a Rionegro Aguilas. Para pasar a la segunda fase le alcanzó con este 1-1 que construyó con astucia y sin brillo. Se puso en ventaja en el primer tiempo, le empataron en el segundo, aguantó luego. La victoria mínima en El Cilindro terminó siendo una diferencia máxima en la serie.

En la extensa antesala entre el partido de ida y esta revancha el 1-0 en favor de Racing se parecía mucho a una diferencia valiosa pero exigua. Que no resolvía nada. Que invitaba a trabajar cada minuto de los noventa que quedaban por delante. Y con esa mentalidad llegó Racing hasta el estadio Alberto Grisales, en esta ciudad de Rionegro, territorio antioqueño. Jugó desde el primero hasta el último de los suspiros con seriedad. Y sin inhibiciones: aunque tomó recaudos, en ningún momento prescindió de su búsqueda ofensiva. Dicho de otro modo: ofreció autoridad.

Del otro lado, el equipo colombiano demostró que no estaba a la altura de la circunstancia: la posibilidad de dejar en el camino a este Racing que protagoniza en el campeonato argentino (el lunes, frente a Aldosivi, tratará de treparse a la zona Libertadores). No tiene vuelo ofensivo, carece de capacidad creativa, no es fuerte en las situaciones de pelota parada. Racing lo sabía desde el principio: un gol de visitante abría la puerta de una clasificación bastante cómoda. Y tras los pasos de ese grito fue el equipo de Diego Cocca. A los 18 minutos, ante las dudas de la defensa y la torpeza del arquero Ernesto Hernández, Pablo Cuadra -de zurda- construyó una definición de puro vivo, de potrero, desde afuera del área, al costado derecho, con mucho efecto. Uno a cero. Calma para Racing.

Hubo otro condicionante bajo el cielo de Antioquia: el clima. Esa lluvia acompañó buena parte del encuentro e hizo del campo de juego un lugar complejo. Fue un enemigo compartido: a los dos les costó construir juego sobre ese césped.

Racing, además, tuvo otra dificultad: a los 29, se lesionó su arquero Juan Musso -debutante internacional- e ingresó Gastón Gómez -21 años; debutante absoluto- para sostener a un equipo que comenzaba a padecer ante la obligación del equipo local.

A los doce minutos del complemento, con un remate desde afuera del área, Luis Hurtado estableció el empate en el partido. Gómez -tapado por compañeros y rivales- reaccionó tarde. Cinco minutos antes, luego de un jugadón que incluyó gambetas y hasta un caño, Iván Pillud estuvo a punto de cerrar la eliminatoria.

Con el 1-1 , el partido se transformó en un desarrollo previsible: Racing, en retroceso y con la apuesta por el contraataque como principal recurso de ataque; Rionegro, yendo con todo lo que tenía, que no era mucho en términos de recursos y de variantes. Así, en ese campo pesado, se disputó el último tramo. Así, a pesar de no encantar, un Racing bravo se llevó la clasificación. Apenas eso. Todo eso

 

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