Crimen del atleta Maciel en Eldorado: dieron con el celular y con la notebook robados el día del asesinato

Luego de una paciente investigación, que insumió meses de seguimientos y un exhaustivo rastreo telefónico, ubicaron primero el celular y luego la notebook que le robaron a Gerardo Francisco Maciel (34), el atleta asesinado a puñaladas el agosto del año pasado durante un asalto ocurrido en Eldorado. Hay dos detenidos. Son las personas que tenían los elementos.
La captura del primer sospechoso y el decomiso del teléfono se produjeron este miércoles, en un trabajo conjunto de la División Investigaciones de la Unidad Regional Tres de la Policía y la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas del Poder Judicial.
Fuentes del caso indicaron que los detectives arrestaron a José María C., de 20 años, cuando salía del trabajo (una obra). Y que luego allanaron su residencia particular, por orden de la jueza de Instrucción Dos, Nuria Allou. Ahora el sospechoso deberá explicar de dónde sacó el celular.
Los efectivos secuestraron además tarjetas SIM los cuales también serán peritados.

Este jueves, la Policía y la Saic dieron con otro elemento que le sustrajeron al atleta: una notebook. Se encontraba en un negocio eldoradense. La persona que lo tenía fue detenida y puesta a disposición de la jueza Allou.
Maciel fue asesinado a puñaladas. Fue durante un asalto en el barrio Eldorado III del Kilómetro 10. Allí vivía el hombre y también tenía un kiosco. De la residencia, los homicidas se llevaron dinero, una notebook, un celular, una billetera y una motocicleta.
Los peritos hallaron marcas de dos zapatillas diferentes en el lugar del asesinato. También determinaron que el celular de la víctima fue utilizado durante horas por los criminales. Después lo apagaron. Y recién meses después, los peritos de la SAIC dieron con la pista del teléfono.
Seis puntazos, sobre todo en la zona del cuello, fueron el motivo del deceso de Maciel, un reconocido atleta al que le faltaba un brazo, a quienes sus conocidos apodaban “Chueco”. Los autores utilizaron un cuchillo de unos diez centímetros de hoja.
El cuerpo fue hallado por un sobrino y por una hermana del fallecido. Sus parientes que residen en el kilómetro 18 habían llegado preocupados hasta la casa de Gerardo Francisco, porque no habían tenido noticias de él durante todo el día. Y allí se encontraron con la peor de las noticias, cuando lo visibilizaron desde la ventana, tirado en el suelo de su casa, sin vida.