¿Cómo puede hacer negocio la Argentina con los residuos electrónicos?

El país es uno de los productores de basura tecnológica más grandes de la región, sin embargo el marco legal aún es materia pendiente para aprovechar negocios enfocados a divisas.

 

Cada producto de tecnología que termina su ciclo vital va a parar a algún lugar donde es desechado. Hoy en día, se genera más basura tecnológica que nunca antes en la historia. De acuerdo a los datos de un artículo publicado en la revista Nature, la cantidad de computadoras, teléfonos, televisores y electrodomésticos que fueron a parar a la basura desde 2009 a 2014 se duplicó; alcanzando la alarmante cifra de 42 millones de toneladas anuales a nivel global. Los productos electrónicos que dan el presente en los basurales alrededor del globo, la mayoría de ellos ubicados en los países subdesarrollados y del Tercer Mundo a pesar de que el consumo y la producción de los bienes se concentra en países de Primer Mundo, abarcan varios rubros.

Un relevamiento de la Universidad de Naciones Unidas (Unu) especificó la demografía de los basurales: 12,8 millones de toneladas de pequeños electrónicos, como aspiradoras, microondas, tostadoras, afeitadoras eléctricas y videocámaras. 11,8 millones de toneladas de equipos más grandes, como lavarropas, secadoras, lavavajillas y hornos eléctricos, 7 millones de toneladas en equipos de aires acondicionados. 6,3 millones de toneladas en pantallas, 3 millones de toneladas en dispositivos informáticos y 1 millón de toneladas en lámparas. La proyección para 2018 es de unas 50 millones de toneladas anuales en todo el planeta, según la misma fuente.

 

La situación nacional no desentona con el escenario global.  Las Naciones Unidas calculan que cada argentino genera ocho kilos de basura electrónica al año en promedio.  El informe ubica al país en la tercera posición regional, detrás de dos grandes mercados como Brasil y México, en cuanto a basura y residuos generados procedentes de teléfonos móviles, con un aproximado de 300.000 toneladas acumuladas para el año 2018 (contra 250.000 estimadas que se acumularon en 2014).  Pero el problema en nuestra región se encuentra en otra arista.

 

¿Cómo se explica que la industria tecnológica se haya convertido en una máquina de generar basura?

 

La basura que produce un argentino es la mitad que la España o un tercio frente de la de los Estados Unidos,  pero el país aún no cuenta ni con normativas ni de un mercado de alcance nacional para el recupero, reciclaje o disposición final de esta corriente de residuos”, contextualiza Gustavo Fernández Protomastro, biólogo de la Universidad de Buenos Aires y director de Eco.Gestionar, una empresa dedicada a la ingeniería y gestión ambiental.

Protomastro explica al sitio especializado InfoTecnnology que “si bien en el país funcionan miles de empresas o particulares que hacen servicios técnicos y reparan equipos, extendiendo el ciclo de vida de los aparatos electrónicos, no más de cuatro empresas que está en el rubro de la gestión de basura electrónica o la exportación a escala de materiales tales como baterías de litio, plaquetas electrónicas y reciclaje del resto de la chatarra electrónico en fundiciones nacionales”. Por esto miles de kilogramos de basura termina en basurales o rellenos sanitarios. “Es como hacer minería inversa”, dice el biólogo, “enterramos metales y plásticos (petróleo industrializado) en basurales”.

No siempre fue así, los tiempos cambiaron. “En 2004 impulsamos la ley de Basura Cero, donde se buscaba reciclar lo máximo posible. En 2001 tuvimos una crisis. Y de esa crisis nació el cartoneo y los recuperadores. Fue la primera vez que se separo la basura. Se hacía porque eran bienes que se podían reintroducir al  mercado”, rememora Soledad Sede, coordinadora del proyecto Basura Cero y parte del equipo de Campañas de Greenpeace. Hoy, con una economía y sociedad menos endebles, parece que no hay espacio para la recuperación responsable de residuos. “Hoy tiramos metales estratégicos a la basura y no logramos una regulación para tanto desperdicio”, reflexiona Protomastro.

 

En efecto, la ley de Basura Cero llegó a buen puerto, pero hoy a más de una década de su sanción, tan sólo se ha cumplido uno de los tres grandes objetivos que planteaba la ley: una reducción progresiva de las toneladas de residuo que culminaría este año con una reducción del 75 por ciento y los niveles de reducción son apenas los estimados para el 2010. Al día de la fecha, esta es la única ley que contempla los residuos y no existe una Ley Nacional de gestión de basura. La tecnología, en particular, ocupa un lugar aún peor en este escenario.

 

“La tecnología lleva un tratamiento aparte, lo que nosotros pedimos en un proyecto de ley aparte fue que las empresas productoras de tecnología sean responsables del manejo posterior de los productos cuando no tiene más vida útil”, explica Sede. La importancia de esto es capital, ya que por un lado los residuos tecnológicos contaminan otros residuos circundantes y por el otro ellos mismos son contaminantes por tener metales pesados. “Es verdad que hay mucho consumo y cierta obsolescencia programada, pero el problema es que no tenemos una obligación de diseñar para durar ni el fabricante ‘internaliza’ los costos de la gestión del residuo. Seguimos pensando que la Argentina es infinita y siempre podremos seguir enterrando”, desarrolló el biólogo.

 

 

 

Seminario en Posadas, el sábado 10 de junio

 

 

El próximo sábado 10 de junio, en el marco de las celebraciones por el Día Internacional del Medio Ambiente, estará en Posadas el especialista en gestión ambiental Gustavo Fernández Protomastro, autor del Manual de Buenas Prácticas en la Gestión de RAEE desarrollado con la Unión Europea y Mercosur, para brindar una conferencia magistral en el “2do Seminario de Gestión, Valorización y Desafíos para los Residuos Electrónicos” organizado por Misiones Online y ArgentinaForestal.com, con el apoyo de la Municipalidad de Posadas y la consultora Ecogestionar SRL.  

 

En la oportunidad, el profesional expondrá datos del escenario de los Residuos de Aparatos Electrónicos y Electrodomésticos (RAEE) en la Argentina y el mundo, una de las corrientes de residuos que más está creciendo en la generación doméstica como también en oficinas, comercios e industrias.

 

Las charlas estarán dirigidas a funcionarios, legisladores, docentes, técnicos en gestión ambiental, productores fabricantes y comercializadores, consultores, profesionales y empresas de la cadena de valor de comprometidos con la sostenibilidad y el cuidado del ambiente.

El seminario es gratuito, pero requiere de la inscripción online para ingresar al salón ya que contará con cupos limitados. Los interesados deberán completar ingresando al formulario de inscripción y deberán ser acreditados previamente por la organización.

Para mayor información, comunicarse por e-mail a [email protected]

 

 

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