Peligrosas y persistentes confusiones conceptuales

 

Las FFAA son instituciones esenciales para La Patria, para la Nación Argentina. Lo propio vale para las FFSS.

Una nación sin su brazo armado, presto, bien entrenado y bien equipado, es como un bien mostrenco, inerme y listo a ser tomado o saqueado por piratas de la peor calaña o por oportunistas que medran con la indefensión ajena.

Por cierto, los ataques también pueden provenir de apátridas o mercenarios internos, a los que nada les importa el Bien Común, la Dignidad de La Patria y la Soberanía Nacional.

Ahora bien, el problema adquiere una enrevesada complejidad, cuando la mentalidad imperante en las FFAA pasa a ser un mero reflejo mal copiado y peor asumido, de doctrinas perniciosas, instaladas con sutileza desde los epicentros del poder neocolonial mundial. Poder en el que se entrelazan el mega poder financiero transnacional, las tres potencias neocolonialistas del siglo XXI (Gran Bretaña, EEUU, Francia), y sus aliados menores del G 7, de la UE y otros.

Si el proceso de cooptación mental del ciudadano común es permanente, desinformando y tergiversando realidades por el machacar constante del Poder Mediático (vinculado o cooptado por un puñado de poderosas y nada inocentes grandes agencias informativas, vinculadas o asociadas a los Centros del Poder Neocolonial y Globalista); mucho más pernicioso y potencialmente muy negativo pasa a ser cuando esa profunda y distorsiva colonización cultural se instala en la mentalidad predominante de las FFAA, y como reflejo en las FFSS.

Esa confusión, hoy institucionalizada (con honrosas excepciones) en las FFAA y FFSS, muestra la perversa vigencia de la doctrina de la seguridad nacional, que reemplazó a la muy patriótica Doctrina de la Defensa Nacional, la cual estuvo vigente desde la sanción de la Ley Riccheri, hasta su reemplazo y arrumbado olvido por el cajoneo forzoso de la misma, impuesto por el sector liberal de las FFAA, el que se hizo del poder excluyente de las mismas desde el golpe de Estado pro británico de la revolución fusiladora en 1955.

Esa verdadera doctrina colonialista de las FFAA se impuso a sangre, fuego y exclusiones, cortando de cuajo toda posibilidad de fundadas opiniones o acciones en contrario.

Las consecuencias fueron nefastas y devastadoras, inculcándose groseras confusiones conceptuales históricas, económicas, políticas y geopolíticas, que avalaron con saña procesos de desindustrialización, de endeudamiento irracional, de destrucción socio económica, y llevaron a cometer increíbles errores

geopolíticos muy burdos, como el de considerarse “aliados” de EEUU, siendo que apenas se operó como marionetas dóciles y desechables, lo cual duramente se probó en la Guerra del Atlántico Sur.

La carencia de una clara política de Defensa y del necesario entrenamiento para ello, llevó a cometer errores estratégicos garrafales en el conflicto, en el cual cada una de las tres Armas parecía desarrollar su guerra particular, mostrándose serios desacoples en los accionares conjuntos –resabios perniciosos de los enfrentamientos entre azules y colorados en los años ‘60-, además de evidenciar gruesos errores conceptuales, al priorizar la defensa “del sistema” (“libre, occidental y cristiano” ‘SIC’), en vez de poner en primer lugar la defensa de La Patria. Por eso se desecharon ofrecimientos de ayudas logísticas de Cuba, la URSS y otros, según trascendió.

Y en el colmo del absurdo, el enemigo latente y potencial podía resultar cualquier “civilacho”, despectivo concepto que es la contracara del de “milico”, este último en muchos casos con asociadas connotaciones de casta supuestamente superior, pero en los hechos subordinada como dócil instrumento de las oligarquías apátridas.

Para algunas mentalidades muy adocenadas, solo les cabe la existencia de dos sistemas económicos (capitalismo y marxismo), ignorando las muchas alternativas vigentes o en su momento probadas, que no encajan en esa cerrada y falsa dualidad excluyente. Asociado con eso, es muy frecuente que ante cualquier pensamiento “que no cierra” en los cánones preasumidos, son rápidamente calificados de “bolches”, retrayéndose a los años ’70, sin asumir que la realidad geopolítica mundial cambió mucho, y que hoy el mundo es otro.

Esas gruesas confusiones llevaron en muchos casos a apuntar los fusiles al lado equivocado, fungiendo como tropas de ocupación al servicio de los poderes plutocráticos transnacionales y sus representantes locales, como Martínez De Hoz, Cavallo y otros.

Complicando el panorama, la violencia guerrillera de décadas pasadas, en parte fomentada por Gran Bretaña (como lo prueban los tres grandes cargamentos de armas y municiones interceptados por FFSS argentinas), y acorde a las sutil “recomendación” de implementar una guerra civil para destruir los avances logrados, expuesta por Harry S. Ferns, completan el contexto de odios y confusiones profundas, que es preciso subsanar, para volver a tener FFAA integradas y consustanciadas con el pueblo argentino.

Pueblo del cual se nutren para sus cuadros, y del cual forman parte.

La violencia latente y los odios exacerbados, son reciclados y exacerbados por determinados intelectuales fomentadores de odios sin solución, como O. Bayer (funcional a los designios balcanizadores de Gran Bretaña); filósofos e historiadores expertos en marxismo, trostkismo, anarquismo o extremo liberalismo, pero carecientes de identidad nacional; periodistas del establishment neoliberal o de la “progresía” funcional a aquel; altos oficiales retirados de discursos pseudo culturosos pero irremisiblemente anclados en los años ’70 e incapaces de evaluar la realidad actual; y otros varios “profetas del odio” (como los definió en su momento Jauretche).

El tema no se agota. Mientras, los neoliberales siguen saqueando y destrozando el país a mansalva, comprometiendo seriamente nuestro futuro y nuestra independencia y unidad territorial.

FFAA = Fuerzas Armadas

FFSS = Fuerzas de Seguridad

MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ

Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

 

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