Los asesinos mataron a la pensionada de un palazo en la nuca, saquearon su casa tres veces y se delataron con el incendio que provocaron

Los asesinos de la pensionada Asunción “Chona” Neris (56) estuvieron tres veces en su casa del barrio San Cayetano de Candelaria. En la primera visita, la ultimaron a golpes con un palo que encontraron en el camino. En la segunda, se llevaron el dinero que la mujer tenía guardado. Y en la tercera, le prendieron fuego a la residencia para borrar evidencia. Ese incendio los delató.
En el juzgado de Instrucción Siete de Posadas, a cargo de Carlos Jorge Giménez, creen haber avanzado enormemente en la reconstrucción de lo que le pasó a la mujer el fin de semana pasado. Y en esa hipótesis los cinco detenidos que tiene la causa habrían tenido activa participación. Habrían sido ellos quienes asesinaron a la víctima y luego desvalijaron la vivienda.
Gabriel Z. (19), Daniel D.S. (19), los hermanos Marcelo G. (27) y Carlos G. (22) y “Polaquito” se juntaron a ver el partido entre Boca y River en la casa del primero. Después de eso, según ellos declararon ante el magistrado en la indagatoria, cada uno tomó un rumbo diferente.
Sin embargo, lo que se cree, en base a testimonios, es que después del superclásico, ya en la tarde-noche del domingo pasado, se encontraron con otros dos jóvenes, con quienes decidieron atacar una casa “que tenían marcada”. Era la residencia de Neris.
Los ladrones sabían que la pensionada vivía sola. De acuerdo con la principal hipótesis, fueron siete los malvivientes que fueron hasta la casa de la mujer. Dos se quedaron en la vereda y el resto entró.
Chona estaba acostada cuando escuchó ruidos en su casa. Se levantó a ver y se topó con desconocidos adentro. Antes de que pudiera hacer algo, le aplicaron un palazo en la nuca. Cuando cayó al suelo, recibió otro impacto en el cráneo. Después, tres o cuatro de los delincuentes la atacaron a patadas. Murió minutos después.
La banda quería dinero. Pero pese a revolver todo, no hallaron los billetes. Con el cadáver aún tibio, decidieron adónde lo iban a ocultar: lo tiraron al pozo de agua de la residencia, envuelto en una sábana.
Las fuentes consultadas por Misiones Online confiaron que el lunes siguiente los homicidas se encontraron en una cancha de fútbol. Hablaron de lo que habían hecho y dos de ellos regresaron a la casa de Neris a buscar la plata. La encontraron. Unos pocos pesos de la pensión de la víctima.
El miércoles, cuando el efecto de la droga que habrían consumido los siete había pasado, cayeron en la cuenta de lo que habían hecho. Entonces volvieron al escenario del crimen para borrar huellas. Sin embargo, con el incendio que provocaron en la casa no hicieron más que delatarse. Los bomberos que fueron a aplacar el fuego encontraron el cadáver. Ocho allanamientos después, detuvieron a los cinco sospechosos.
Los investigadores determinaron que el mismo domingo los asesinos se llevaron de la casa de Neris dos televisores, una garrafa y una radio. Una tv la recuperaron: había sido vendida. De la otra no se sabe el destino. La garrafa también fue localizada. Y la radio, por ser vieja, fue abandonada por los maleantes.
El palo con el que habrían ultimado a la mujer fue incautado. Lo tiene la Policía Científica para pericias.
El final de Neris fue terrible. Los cinco sospechosos están imputados del delito de “homicidio calificado criminis causa”. Si los hallan culpables, los espera la prisión perpetua.

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