Temer negó las escuchas: «No renunciaré»

En medio de un feroz debate entre si el presidente de Brasil, debe renunciar o debe ser destituido, Michel Temer dio una conferencia de prensa. El mandatario salió a hablar menos de 24 horas después de que se denunciaran escuchas donde avala el pago de coimas a un condenado por el caso Lava Jato.

En un breve mensaje dirigido a la nación Temer se lamentó que estallara este escándalo «en un momento en que comenzaba a repuntar la economía. «El optimismo volvía y las reformas avanzaban en el Congreso de la Nación. Ayer, luego de esta revelación, de estas grabaciones clandestinas, vuelve el fantasma de la crisis política de proporciones todavía no dimensionadas».

«Todo el inmenso esfuerzo para sacar al país de la mayor recesión cayó y no podemos tirar a la basura tanto trabajo hecho por el país» siguió Temer en un intento por darle aire a su gobierno.

Y siguió: «En esa conversación pedido por el empresario en ningún momento autorice que se pagara nadie para comprar silencio. No necesito el silencio de nadie por una sencilla razón, porque no preciso un cargo público, no tengo nada que esconder».

«Sé lo que hice y sé de la corrección de mis actos. Exijo una rápida y plena investigación para esclarecer esta situación al pueblo brasileño» concluyó el mandatario.

Reiteró que «en ningún momento autoricé pagar por el silencio de nadie. Por una razón simplísima: no tengo nada que esconder. Mi único compromiso es con Brasil, y este compromiso es el que me guía. No renunciaré, repito, no renunciaré y exijo un esclarecimiento pleno de todo», declaró en cadena nacional desde el Palacio presidencial de Planalto.

«Quiero dejar muy claro que mi Gobierno vivió esta semana su mejor y su peor momento», dijo el mandatario, quien en el primer caso citó «la caída de los indicadores de la inflación, los números del retorno del crecimiento económico y la generación de empleo, con esperanza de días mejores».

Sin embargo, afirmó que «cuando el optimismo retornaba», una grabación hecha «clandestinamente trajo de nuevo el fantasma de una crisis política en una dimensión aún desconocida».

Aludió así a una información divulgada por el diario O Globo según la cual Temer habría sido grabado por un empresario que colabora con la Justicia en investigaciones sobre corrupción, cuando avalaba un supuesto soborno a un ex diputado preso a cambio de su silencio.

El objeto de la presunta coima sería Eduardo Cunha, ex presidente de la Cámara baja, ex aliado del gobernante y promotor del juicio político que condujo el año pasado a la destitución de Dilma Rousseff y, como consecuencia, llevó a Temer al poder.

Pese al discurso firme de Temer, en el país comenzó a debatirse ayer abierta y públicamente sobre la posibilidad de su renuncia o incluso de que sea sometido a un proceso de destitución.

La renuncia de Temer es exigida desde ayer por toda la oposición, pero ese reclamo también tuvo la adhesión de importantes e influyentes sectores del oficialismo.

El pronunciamiento más duro lo hizo el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, uno de los líderes más respetados del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), un pilar fundamental en la base de Temer.

«Si las alegaciones de defensa no son convincentes —y no basta con alegar que son necesarias evidencias—, los implicados tienen que tener el deber moral de facilitar la solución, aun con gestos de renuncia», publicó Cardoso en su cuenta en Facebook.

 

 

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