Crimen de Florencia Di Marco: un camino de horror que culminó en suicidio

Florencia Di Marco tenía 12 años y, el 23 de marzo pasado, comenzaría a caminar un calvario que terminaría con su muerte a manos de su padrastro Lucas Gómez, quien se suicidó en su celda en una cárcel de San Luis, según informaron las autoridades penitenciarias.

Aquel día, la madre de Florencia estaba internada para dar a luz a su hermanita y por eso Gómez la llevó en su auto al colegio. Horas después, fue él mismo quien denunció su desaparición.

Dos días después, la niña fue encontrada estrangulada y violada debajo de un puente en la localidad de Saladillo, San Luis. Su padrastro aseguró que la había dejado en la puerta de la escuela para luego continuar con el recorrido.

Pero pronto comenzaron a sospechar de sus dichos. Gómez pidió comprensión y hasta participó de marchas pidiendo Justicia Pero nada convenció a los investigadores, que reunieron elementos suficientes para fundamentar la vinculación del padrastro en el femicidio de Florencia.

Uno de los elementos contundentes al momento de acusarlo fue la filmación de un peaje, donde el auto de Gómez aparecía en el paso hacia Saladillo, lugar donde hallaron el cadáver de su hijastra.

Las imágenes fueron solicitadas por la Justicia luego de que un grupo de pescadores se presentara de manera voluntaria a declarar que habían visto a un hombre canoso, de pelo corto y con anteojos en la zona donde se encontró a Florencia sin vida. Vale notar que Gómez se afeitó la cabeza el día que denunció a la desaparición de la niña.


Gómez, el padrastro, con su cabeza rapada.

Los investigadores también encontraron evidencias en la vivienda donde la víctima y el acusado residían junto a su familia. En el historial de navegación de las computadoras del sospechoso aparecían sitios pornográficos y había rastros de búsquedas como «orgía de hombres» y «penetración múltiple».

Mientras se buscaba frenéticamente a Florencia, Gómez intentó poner su mejor rostro inocente. Aseguraba estar en shock y no titubeó al intentar desligarse de las acusaciones de la opinión pública. «La gente dice cualquier cosa», afirmó.

Pero en la autopsia se reveló una historia terrible: el cuerpo de la víctima tenía sino de abusos previos. Ese fue el dato que confirmó la presunción de los investigadores de que estaban ante un caso de violencia intrafamiliar.


 Florencia era víctima de abuso sexual con acceso carnal.

La jueza a cargo de la investigación, Virginia Palacios, ordenó la detención de Gómez y se allanó la vivienda donde vivían en San Luis.

El rol de la madre

El hecho de que la víctima haya sufrido abusos reiterados y la manera en la que actuó tras la desaparición la dejó bajo la lupa.

El último abuso ocurrió cuando Carina Di Marco estaba internada en la Maternidad Provincial “Doctora Teresita Baigorria”, para dar a luz. Pero la autopsia dejó al descubierto los abusos de
antigua data a Florencia.

Los signos en el cuerpo de la nena y otros síntomas en su comportamiento señalan una aparente habitualidad en el sometimiento sexual. Su extrema timidez y su actitud solitaria refuerza la teoría de que era víctima de torturas psicológicas y estaba bajo amenaza.

En el Facebook de Carina, antes de que lo eliminara, podía verse un álbum de fotos en el que escribió un mensaje de despedida a su provincia natal, Mendoza, antes de mudarse a San Luis.

Según se supo después, se fueron de Mendoza porque allí también habían existido sospechas de abusos. Actualmente, la madre de Florencia está presa mientras se investiga su rol en el caso.

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