Casas chinas vs viviendas de madera: Forestales de la región aseguran que tienen costos más competitivos

Desde el Gobierno nacional aseguran que posible importación de viviendas prefabricadas chinas no perjudicaría a ninguna industria local, dado que el déficit habitacional excede largamente la cantidad de casas que podrían comprarse al país oriental. Empresarios misioneros aseguran que la oferta local de unidades fabricadas en madera supera en calidad y costos a la importada y reclaman que la Nación –más allá de lo que decida en relación a las casas chinas- cumpla con el compromiso que asumió de incorporar a las casas de madera en los planes de viviendas.

La discusión en torno a las viviendas chinas levanta temperatura en el NEA y la falta de información oficial no hace más que alimentar la polémica. Los industriales de la madera de la región juran que pueden entregar viviendas de mejor calidad, más amigables con el medio ambiente y construidas con una materia prima de producción local que abunda.

Desde la Nación aseguran que la discusión entre una opción u otra no tiene mucho sentido, porque las casas chinas se comprarán con financiamiento de ese país que no podría ser utilizado para contratar a empresas locales y –aseguran- la adquisición de estas unidades no vendría a reducir un solo peso de la inversión prevista en vivienda social.

Desde las asociaciones que nuclean a los empresarios de la foresto industria de la región, recuerdan que el gobierno nacional se había comprometido a que el 10 por ciento de la vivienda social que se construya en el país sea de madera, lo que quedó plasmado en un convenio firmado entre las subsecretarías de Foresto Industria y de Vivienda de la Nación, pero advierten que luego de esa firma no se avanzó prácticamente en nada.

El titular de la Asociación de Productores, Industriales y Comerciantes Forestales de Misiones y Norte de Corrientes (Apicofom), Pedro López Vinader, indicó que el costo promedio por metro de las casas que construyen las asociadas a esa entidad es de 600 dólares, mientras que el que se maneja para las unidades prefabricadas del tipo que se compraría a China, construidas con paneles de cemento, supera los 650 dólares por metro cuadrado, sin contar costos de flete.

El representante del sector empresarial cuestionó además la falta de información oficial al respecto. “No se sabe cómo van a ser las casas chinas, cómo se van a construir. Nosotros proponemos entregar llave en mano y demostramos que tenemos capacidad para atender la demanda”, dijo.

Criticó además que no se haya avanzado en los compromisos asumidos por el Gobierno nacional para incrementar la demanda de madera como material para la construcción de casas. “Pedimos que el Procrear acepte modelos de viviendas en madera, nos dijeron que sí, pero hasta ahora no hubo respuesta. Hasta ahora seguimos dando vueltas”, indicó.

En relación a la incidencia que pudiera tener la compra de viviendas chinas en la industria local, López Vinader reconoció que frente al déficit habitacional que tiene el país, la cantidad de viviendas chinas que se podrían comprar es “una aguja en un pajar”, pero en cambio si se la compara con la cantidad de casas sociales que efectivamente se construye, el número de viviendas que llegaría de China es significativo.

Por su parte, el subsecretario de Desarrollo Urbano y Viviendas, Iván Kerr, indicó que el convenio en el que está trabajando la Nación para traer al país casas prefabricadas de empresas chinas no se propone sustituir a la inversión pública en materia de construcción de vivienda social, sino complementar esa inversión con el objetivo de paliar el déficit habitacional que arrastra el país.

El acuerdo con los chinos responde a un modelo que viene aplicando ese país para encontrar nuevos mercados para su inmensa capacidad industrial. Los orientales otorgan financiamiento en condiciones favorables -a tasas bajas, con plazos de repago muy largos y períodos de gracia- pero ese dinero puede ser utilizado solamente para contratar con empresas chinas. De ese modo promocionan industrias como la ferroviaria, naviera, nuclear, hidroeléctrica, la construcción, entre otras. Es decir que el dinero que llegue a través de ese convenio de financiamiento con los chinos no podría utilizarse para construir viviendas fabricadas por empresas argentinas.

En lo referente puntualmente a la industria de la madera, desde la Nación aseguraron que trabajan en una mesa sectorial con las cámaras del sector y con los diferentes interlocutores para desarrollar un plan de trabajo, pero reconocen que todavía no hay nada en concreto.

Desde la Apicofom destacaron que las empresas asociadas a esa cámara construyeron más de 200 mil metros cuadrados de viviendas y más de 48 mil de aulas, no solo en Misiones sino también en provincias como Chaco.

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