La inusual historia de amor entre el presidente electo de Francia, Emmanuel Macron, y su esposa, 25 años años mayor

La flamante primera dama, Brigitte Trogneux, era profesora de francés de Macron, quien con tan sólo 15 años se enamoró perdidamente. A pesar de la oposición de sus padres, tras varios años de desencuentros, finalmente se casaron hace nueve años. Hoy, la mujer de 64 años no sólo es su compañera, sino que también una parte fundamental de su equipo.

A los 40, Brigitte Trogneux era una profesora de francés casada con un banquero, André Auzière, y madre de tres hijos, Sébastien, Laurence y Tiphanie, que rondaban la edad de uno de sus estudiantes más brillantes, Emmanuel Macron. Él era entonces un adolescente de 15 años que se enamoró perdidamente de su maestra. El amor por el teatro les unió cuando el joven se apuntó al que taller que ella impartía. El acercamiento fue lento, pero inevitable.

Los dos pertenecían a la élite de la burguesía local de Amiens (él, hijo de médicos; ella, descendiente de una familia chocolatera), pero les separaba una generación. Y los padres de Emmanuel trataron de romper ese amor enviando a su hijo al prestigioso líceo Henri-IV, en el corazón del barrio latino de París, donde podría desarrollar todo su talento. Brigitte le convenció para que aceptara. Y él le escribió una carta: «No te desharás de mi fácilmente. Volveré y nos casaremos», según el mismo confesó en el documental ‘Emmanuel, la estrategia del meteoro’ de France 3.

Y volvió. Se casaron en el 2007, cuando él ya tenía 30 años y era banquero de Rotschild. Desde entonces, Brigitte, además de su gran amor, ha sido su gran apoyo profesional. Forma parte de su equipo de colaboradores, le lleva la agenda, le revisa los discursos. Según confiesa un íntimo de la pareja, “él no hace nada sin pedirle a ella consejo, ya sea sobre el fichaje de alguien, sobre la elección de un traje o un corte de pelo”.

Tras salir ganador de la primera vuelta de las presidenciales, Macron tuvo palabras para Brigitte. “Sin ella no estaría yo aquí hoy”. El líder liberal ha explicado que cuando llegue al Elíseo, su esposa tendrá “su lugar, no detrás, ni escondido, sino a mi lado, donde siempre ha estado”. Ahora, «Bibi» o «Bam», como la llaman sus allegados más íntimos, una rubia chic y elegante que se deja vestir por la hija del presidente-director general del grupo de lujo Louis Vuitton, tendrá su lugar como primera dama.

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