Maduro enciende nueva alarma: convocó a Asamblea Constituyente para reformar la Carta Magna

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció este lunes que convocaría a una Asamblea Nacional Constituyente «originaria» para derrotar el «Golpe de Estado» que sus opositores habrían desatado en su contra, luego de más de un mes de protestas

«Hoy primero de mayo anuncio que en uso de mis atribuciones presidenciales como jefe de Estado constitucional de acuerdo al artículo 347 convoco al poder constituyente originario para que el pueblo originario y la clase obrera convoque a una Asamblea Constituyente», dijo Maduro durante un acto proselitista.

Maduro indicó que activará una «Constituyente ciudadana, no de partidos políticos», por lo que la misma sería «electa con el voto directo del pueblo para elegir unos 500 constituyentistas, aproximadamente», al tiempo que «unos 200» serían elegidos directamente por los movimientos sociales como los sindicatos, el «poder popular», los indígenas, grupos de la «sexodiversidad» o las mujeres organizadas.

Sin embargo, el gobernante no aclaró si la Constituyente se encargaría de redactar una nueva Constitución o se limitaría a reformar la actual Carta Magna, aprobada por referéndum en diciembre de 1999 tras un proceso convocado por el fallecido presidente Hugo Chávez, el padre de la Revolución Bolivariana que ahora lidera Maduro.

Maduro sostuvo que la Asamblea Constituyente tendría como objetivo «reformar el Estado, sobre todo esa Asamblea Nacional (Congreso unicameral) podrida que está allí», que cuenta con una clara mayoría opositora tras las elecciones parlamentarias celebradas en diciembre de 2015.

Además, aseguró que el objetivo de la Constituyente sería plasmar en la Constitución y las leyes los derechos sociales ganados durante la revolución bolivariana como las misiones de salud, el acceso universal a las pensiones o el derecho a la alimentación y las tierras para los campesinos.

El mandatario subrayó que tomó esta decisión «para ganar la paz, para vencer el golpe de Estado», ya que «un golpe de Estado como el que está activado sólo se derrota con la unión cívico-militar y la Constitución en la mano».

Maduro señaló que esta misma noche firmaría el decreto que establecería la Comisión Presidencial Constituyente liderada por el dirigente oficialista Elías Jaua, para que «lleve la propuesta a consulta de las bases populares de todo el sistema de elección y se establezca con claridad el poder plenipotenciario de este poder».

El presidente, empero, reconoció que su llamado también acarreaba riesgos, ya que una victoria opositora en la consulta significaría que sus adversarios tendrían el control de un organismo «plenipotenciario», cuyas competencias estarían por encima de todos los poderes.

La Constitución venezolana permite al Presidente de la República, a los dos tercios del Parlamento y al 15 por ciento de los electores inscritos en el registro electoral convocar una Asamblea Constituyente.

Una vez elegidos los miembros de la Constituyente a través del voto popular, estos deben redactar una nueva carta magna que no podrá ser objetada por el Presidente de la República y a partir de la cual se deben llamar a comicios generales para todos los cargos de elección popular.

• Nuevas protestas en la calle

El chavismo y la oposición venezolana utilizaron el Día del Trabajador para volver hoy a inundar las calles de Caracas y las capitales de los estados, y el país quedó otra vez dividido entre la marea roja desafiante del oficialismo y escenas de represión policial y militar contra las multitudes opositoras que salieron a marchar bajo el lema «El pueblo se rebela contra el golpe».

Miles de opositores avanzaron desde temprano en diferentes barrios de Caracas para poder llegar a las sedes del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y del Consejo Nacional Electoral (CNE), en el centro de la ciudad, y hacer escuchar sus dos reclamos: que la máxima instancia judicial abandone su puja institucional con el Congreso, en manos de la oposición, y que el poder electoral llame a comicios de manera inmediata.

Pese a la perseverancia de los manifestantes opositores, las fuerzas de seguridad les cortaron el paso una y otra vez y a fuerza de vallas metálicas y los reprimieron con una lluvia de gases lacrimógenos y camiones antimotines. Algunos grupos pequeños de personas encapuchadas respondieron lanzando piedras a los policiales y militares, al grito de «¡Libertad!», según la cadena de noticias France24.

En medio de ese caos y esa violencia, el diputado José Manuel Olivares resultó herido en la cabeza con una lata de gas lacrimógeno, según denunció su colega Juan Miguel Matheus. El legislador se convirtió así en otra víctima después de un mes de constantes protestas y una sistemática represión que dejó un saldo de 33 muertos y decenas de heridos.

Según informó la alianza antichavista Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en su cuenta de Twitter, la oposición realizó marchas en en los estados de Nueva Esparta, Anzoátegui, Zulia, Carabobo, Táchira, Mérida, Trujillo, Monagas, Aragua, Lara, Sucre, Falcón, Bolívar, Apure, Guárico y, la más grande, en Caracas.

En paralelo, otra multitud marchó en la capital en apoyo al presidente Nicolás Maduro, quien encabezó el principal acto por el Día de los Trabajadores en la avenida Bolívar, en el corazón de la ciudad.

Miles de chavistas, muchos de ellos vestidos de rojo o con uniformes de las empresas del Estado, gritaron consignas a favor del gobierno y celebran que Maduro anunciara ayer un aumento del 60% del salario mínimo mensual, lo que lo estableció en unos 200.000 bolívares, 280 dólares a la tasa de cambio oficial más alta.

A lo largo de la jornada, muchos de los trabajadores y los líderes que participaron de las marchas opositoras rechazaron el aumento salarial del gobierno porque afirmaron que dada la alta inflación que sufre el país, la medida no tiene un efecto real sobre la capacidad de compra de los venezolanos. (Ámbito)

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