La empresa asaltada lo informó a la Justicia, tras varias versiones sobre el botín. Investigan si la banda hizo inteligencia con un drone.
A cuatro días del «golpe del siglo», la empresa Prosegur confirmó a la Justicia el monto del botín: 11.720.255 millones de dólares. Según consignan medios locales, la cifra fue informada hoy por el Ministerio Público de Paraguay.
Las especulaciones sobre el botín comenzaron pocas horas después del cinematográfico asalto, que incluyó más de 50 ladrones, autos incendiados, armas de guerra y explosivos. En un primero momento, fuentes policiales hablaron de 40 millones de dólares. El cálculo fue realizado en base a la capacidad total de la bóveda asaltada.
Sin embargo, un día después, Prosegur aseguró -a través de un comunicado- que el monto no superaba los 8 millones de dólares. Ante la ausencia de una cifra concreta en el expediente, los investigadores exigieron una confirmación a la empresa. Tras el recuento final, el número creció.
Parte de ese botín fue recuperado durante los operativos realizados por la Policía brasileña en la zona de frontera. Según informaron fuentes del caso, se secuestraron alrededor de 1.400.000 dólares. Los investigadores también incautaron vehículos blindados, botes, fusiles y municiones antiaéreas.
El robo, conocido como «golpe del siglo», fue cometido el lunes a la madrugada. Un grupo cercó la sede de la Jefatura policial y cerró accesos con autos incendiados. Mientras, unos 20 ladrones atacaron la sucursal de la empresa de caudales. Allí mataron a un policía, redujeron a los custodios y derribaron las paredes con explosivos. Luego de cargar las sacas con el dinero en camionetas, escaparon en tres direcciones.
Uno de los grupos logró cruzar hacia Brasil a través del lago Itaipú. Tres ladrones murieron en enfrentamientos con la Policía. Con el correr de las horas se sumaron más sospechosos detenidos: en total fueron cerca de 15, aunque siete fueron liberados ayer.
Los investigadores creen que el robo fue realizado por el Primer Comando de la Capital (PCC), una de las bandas más poderosas de Brasil, nacida en las cárceles de San Pablo. «Zequinha», uno de los líderes de la organización, habría sido el cerebro del golpe.
La planificación del robo se habría realizado desde una lujosa casa de un country de Alto Paraná, en los alrededores de Ciudad del Este. En los allanamientos los investigadores secuestraron un drone que habría sido utilizado para tomar imágenes de la sede de Prosegur y registrar los movimientos de la sucursal.
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