¿Qué es la diabetes gestacional y cómo debe ser la alimentación en su tratamiento?

La diabetes gestacional es un tipo de diabetes que aparece por primera vez durante el embarazo. En esta etapa biológica, en la mujer se produce una revolución hormonal que, entre otros efectos, puede derivar en un bloqueo de la insulina y que se desarrolle la diabetes. Detectar y tratar lo antes posible este problema es importante para evitar riesgos en el bebé como lesiones al nacer, hipoglucemias y peso excesivo. La mayoría de las veces, esta diabetes desaparece después del parto, pero, no obstante, aumenta el riesgo de diabetes tipo 2 más adelante.

Los factores de riesgopara su desarrollo son varios, como la raza, edad, sobrepeso u obesidad,historia familiar de diabetes, desórdenes alimentarios, entre otros. Actualmente, uno de los marcadores que se tiene en cuenta para evaluar el riesgo de padecerla es el grado de grasa abdominal.El problema de la grasa visceral, aquella que se forma alrededor de los órganos, es que produce toxinas que hace que el cuerpo se vuelva resistente a la insulina.

La forma más efectiva de prevenirla y tratarla, es con una alimentación saludable y actividadfísica leve o moderada, según prescripción del médico especialista. El tratamiento medicamentoso será indicado por el endocrinólogo y obstetra.

Respecto a la alimentación durante la diabetes gestacional, los aspectos más importantes a tener en cuenta son:

  • Se deben realizar 4 comidas diarias y evitar el picoteo.
  • No se restringen los hidratos de carbono, sino que se seleccionan según su calidad y absorción. Es decir, se deben elegir todos los productos integrales o con salvado de trigo o avena y evitar las harinas refinadas.
  • Evitar los dulces como mermeladas comunes, dulce de leche, miel, dulces de batata y membrillo.
  • Reemplazar el azúcar de mesa por edulcorantes.
  • Aumentar el consumo de frutas y verduras, preferentemente crudas y con cascaras, siempre bien lavadas.
  • Acompañar todas las comidas con ensaladas crudas o cocidas.
  • El plato debe dividirse en una porción de verduras, una de carnes magras y otra pequeña parte de cereales como arroz o fideos (preferentemente integrales) o tubérculos, es decir papas, batata, mandioca.
  • Se deben evitar las preparaciones procesadas, tipo puré o licuados. Ya que cuanto más procesado esté el alimento, más rápido pasará la glucosa (azúcar) a la sangre.
  • Los lácteos y quesos deberán ser descremados para disminuir el aporte de grasas saturadas, las cuales favorecen el aumento de grasa visceral.
  • Preferir formas de cocción al horno, plancha, parrilla, hervido o vapor, evitando las frituras y salteados.
  • Evitar gaseosas comunes y jugos concentrados. Se pueden elegir como opción las de tipo dietéticas, “cero azúcares” o light.
  • La hidratación es de suma importancia, se debe tomar entre 8 y 10 vasos de agua al día.

Cabe destacar que siempre se debe acudir a un profesional para que lo guíe según sus necesidades y características del tratamiento. Estas son recomendaciones generales, cada persona tiene requerimientos individuales y debemos prestar especial atención a ello, más aún en un estado tan especial y delicado, como es el embarazo.

Por la licenciada Romina Krauss – M.P. N°147

 

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