Entraron a robar por cuarta vez en un mes en la capilla San Pablo y sospechan de «sectas satánicas»

Los ladrones ingresaron en la noche del martes por una de las ventanas del templo del barrio Ñu Porá de Garupá y se llevaron hostias consagradas, un custodio y un cáliz. Los miembros de la comunidad pastoral denuncian la existencia de sectas que utilizan estos elementos para hacer sus ritos.

La capilla San Pablo es un humilde santuario del barrio Ñu Porá que, en menos de un mes, sufrió su cuarto saqueo en el lapso de un mes. La triste estadística se concretó en la noche del martes, cuando ladrones ingresaron por una de las ventanas y se llevaron hostias consagradas, un custodio y un cáliz. «También se llevaron una colecta de Cáritas que hicieron para los niños en un recipiente», se lamentó Eufemio Oviedo, miembro de la comunidad pastoral.

El raid delictivo comenzó un mes atrás, cuando se llevaron unos bafles. Días después robaron los ventiladores. «Otra de las veces entraron y rompieron todos los baños sin llevarse nada», adujo Oviedo, sorprendido por el ensañamiento contra la capilla.

«Para ellos debe tener poco valor», expresó Oviedo sobre lo robado el martes, a menos que sea «para un acto satánico, porque para otra cosa no les serviría».

Luis Yavorski, otro miembro de la comunidad eclesiástica, coincidió: «Son sectas de vandalismo. Ellos ven que acá está Jesús y quieren ver si hay algún valor a través del copón para hacer pactos y ritos satánicos».

Lo cierto es que, por ahora, «no hay novedades de quién puede ser». «A la mañana estuvo la policía científica revisando, pero eso no nos alienta porque todavía no tenemos ninguna noticia sobre los robos anteriores. El intendente ofreció un sereno que quede acá cuidando, vamos a ver si sucede. Ojalá que tengamos alguien porque tampoco podemos pedir a los vecinos que anden vigilando», precisó Oviedo, quien agregó con dolor: «Esta noche nos reunimos para ver cómo paliar esta situación. Para nostros es una pérdida enorme. Todas los actos litúrgicos que tenemos que hacer nos van a costar más. Incluso para el mismo sacerdote, que ahora tiene que traer todos los utensilios, el copón y el cáliz».

«Es mucha impotencia y es un sacrilegio contra Cristo. Hay gente que hace vandalismo satánicamente y busca dejar mal conceptuada a la misma iglesia», finalizó Yavorski.

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