El sospechado por la desaparición de Micaela García tenía rasguños

Nestor Pavón relató el estado en el que se encontraba Sebastián «El Melli» Wagner y qué tenía escondido en el baúl del auto.

Nestor Pavón, el propietario del lavadero en el que trabajaba Sebastián Wagner, acusado de la desaparición de Micaela García confirmó a Radio Gualeguay que la mujer del sospechado confirmó que tenía dos lastimaduras el domingo. Una en el cuello, a la altura de la tráquea y otra debajo de un ojo. «Le dijo que se había peleado con otro tipo», reveló Pavón.

En un testimonio revelador de cómo fueron las últimas horas del principal sospechoso de la desaparición de Micaela García (21), Pavón comentó que el lunes fue la última que vez que lo vio Wagner, quién le manifestó estar ‘deprimido’ y sus intenciones de irse de Gualeguay.

«Me dijo que no quería estar más acá. Que se quería volver, porque extrañaba a su familia. Te voy a devolver el auto porque no te lo puedo pagar, me agregó». Consultado sobre si llegó a ver una pala embarrada reveló que «el sábado andaba con una pala de punta en el baúl. Supuestamente es del lavadero. Estaba ahí y se lo dije al Jefe de Investigaciones. Se la llevaron para investigar, pero esa pala estaba en el lavadero, porque se usa para limpiar zanjas».

LOS ANTECEDENTES
Wagner no es la primera vez que tiene problemas con la justicia. Se trata de un violador serial que fue condenado por dos violaciones a estudiantes en 2010. Había salido en libertad en agosto del año pasado.
En el primero de los casos por los que había sido condenado, la víctima fue una joven estudiante de Rosario del Tala.
El primero de los hechos fue el 7 de julio de 2010. Ese día Wagner violó a una joven estudiante a la que golpeó y le robó efectos personales y dinero en efectivo.
Cuatro meses después, el 17 de noviembre del mismo año. La víctima fue otra estudiante de 22 años. Wagner interceptó a la joven, la obligó a subir a su Fiat Spazio azul, la llevó hasta el Parque de La ciudad, la hizo bajar y la violó. Siempre la estuvo amenazando con un cuchillo, modus operandi que se investiga en el caso de Micaela.
Wagner fue reconocido por las víctimas y ambos casos quedaron cerrados en juicio abreviado, con una condena de 9 años de prisión.
Terminado ese juicio, se conoció una tercera denuncia de ataque sexual que había ocurrido el 11 de mayo de ese mismo año, también en Concepción del Uruguay.
Así, en este tercer caso, al exponer en la justicia la posibilidad de que el autor del ataque fue su hermano gemelo, imposibilitó la chance de una nueva condena.

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