La chirimoya es un fruto regional también conocido con el nombre guaraní de “aratikú” que crece en regiones tropicales de Sudamérica, como Brasil, Paraguay y Argentina, especialmente en Misiones.
Es un fruto de consumo poco habitual si lo comparamos con las demás frutas tradicionales, pero considerando su accesibilidad y bajo costo como también sus aportes nutricionales, deberíamos comenzar a consumirla más frecuentemente.
Para conocer un poco más acerca de sus beneficios para la nutrición y la salud, te contamos cuáles son sus aportes:
- Tiene un gran contenido de agua, alrededor de un 81% de su peso. Lo cual lo convierte en un alimento hidratante además de los nutrientes que aporta.
- Es bajo en calorías, cada 100 gramos de fruta, aporta 72 kcal. Es ideal para quienes desean bajar de peso, la pueden incluir en sus colaciones o comidas diarias.
- Aporta gran cantidad de fibra: la fibra ejerce funciones a nivel intestinal, favoreciendo el tránsito intestinal, ideal para quienes padecen de constipación, también ayuda a reducir la absorción de colesterol malo y favorece su eliminación.
- Tiene un pequeño contenido de ácidos grasos poliinsaturados, es decir grasas buenas, principalmente para el sistema cardiovascular.
- Aporta vitaminas A, vitamina C, B3 y B9 o ácido fólico y pequeñas cantidades de otras vitaminas del complejo B.
- Aporta minerales como Calcio, Magnesio, Potasio, Hierro y Yodo. Todos ellos fundamentales para las funciones normales del organismo, contracción muscular, función cardiaca, transporte de oxígeno a las células, entre otras.
- Por su bajo aporte en sodio y al ser rico en potasio, como la mayoría de las frutas, es aconsejable para personas con hipertensión arterial o alteraciones cardiacas o de vasos sanguíneos.
¿Cómo consumirla?
- Es muy agradable como fruta fresca. Es fácil de consumir, basta con partirla por la mitad y comer su pulpa con una cuchara.
- Es necesario tener cuidado con las semillas en el caso de que se la demos a los niños.
- Presenta un inconveniente: en contacto con el aire la pulpa se pone oscura (se oxida). Para evitarlo, debemos rociarla con jugo de limón o mantenerla en agua.
- Las debemos consumir cuando estén completamente maduras, que es cuando el color de la cáscara pasa de verde claro a verde oscuro o amarillento.
- Se puede usar como materia prima para elaborar, batidos, mermeladas, licuados, helados caseros, tartas, dulces, entre otros.
Por la licenciada Romina Krauss – M.P. N°147