Doble homicidio mafioso en Posadas: buscan en Virasoro a un hombre al que el asesino informó que el «trabajo» estaba hecho

Los investigadores del doble homicidio mafioso ocurrido a fines de 2015 en Posadas tienen la mirada puesta en Gobernador Virasoro, Corrientes. Allí reside un hombre al que buscan desde hace algunas semanas a fin de que declare como testigo en la causa por los asesinatos de Sebastián Vega y Rodrigo Ibarra. Lo apuntan como la persona que recibió distintos llamados telefónicos de uno de los sicarios, contactos en los que el pistolero daba cuenta primero de la intención de ejecutar a Vega y luego de la la noticia de que ya lo había hecho.
Ese sicario sería Néstor Fabián Rojas (en la foto de arriba), alias “Carlos” o “Negro”, sobre el que pesa pedido de captura nacional e internacional. El buscado estaría residiendo en Ciudad del Este y alrededores, probablemente con otra identidad. Creen que es un personaje que se movería de domicilio constantemente para no ser descubierto.
Esos contactos telefónicos salieron a la luz gracias a las escuchas ordenadas por el juzgado Federal de Zárate-Campana, que venía siguiendo a una banda narco que llevaba droga desde el Litoral a Buenos Aires. Cuando ocurrió el doble homicidio, los funcionarios judiciales de ese distrito aportaron el material al juez de Instrucción Tres, Fernando Verón. Se supo entonces que Vega era objeto de seguimiento telefónico y también sus presuntos asesinos.
Vega y su amigo Ibarra aparecieron acribillados dentro de un auto en el barrio Tacurú la mañana del 17 de diciembre de 2015. Por el hecho hay seis imputados, dos de los cuales se encuentran con prisión preventiva en la Unidad Penal VI de Miguel Lanús.
A Rojas lo ligan con el mundillo del tráfico de estupefacientes. Precisamente ese sería el trasfondo de la matanza: un cartel habría acusado a Vega de delatarlo y de quedarse además con parte de su mercancía; por eso habría ordenado su ejecución.
Martín Vedoya es sindicado como el autor intelectual de la matanza. Además de él, permanece preso Luis Morínigo-Sosa, apuntado como uno de los autores materiales.
Otros cuatro sospechosos siguen ligados a la causa, pero están en libertad: se trata de Ricardo Vázquez, Denise Candia y los padres de esta última, Roberto y Silvia.
Precisamente los testimonios de Vázquez y Denise fueron clave para la imputación de Vedoya, porque lo apuntaron como una de las personas que recorrió con los presuntos sicarios los escenarios de la matanza horas antes de que ocurriera el hecho.
Lo mismo para el caso de Morínigo-Sosa, quien fue incriminado por los demás acusados como el socio, cómplice y hasta amigo del otro presunto autor material, el prófugo Rojas.
Rojas era novio de Denise Candia. Después del crimen, hizo que sus suegros lo llevaran en auto hasta el Paraguay. Volvió a la Argentina un par de veces, pero luego le perdieron el rastro.
Esa persona con la que Rojas habló para contarle las “novedades” podría aportar mucho a la causa. Hasta ahora no se ha dejado encontrar. Hasta la Gendarmería Nacional está tras sus pasos.

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