Encontraron ahorcado al abuelo de la nena mbya violada en la aldea Fortín Mbororé: estaba en la mira por el abuso

La historia de la nena mbya de dos años y diez meses violada hace unos días en la aldea Fortín Mbororé de Puerto Iguazú sigue sumando aristas macabras. Este lunes, alrededor de las 15.15, encontraron ahorcado al abuelo de la chiquita, en un monte ubicado cerca de la comunidad y a escasas tres cuadras de la comisaría Tercera. El lugar es una reserva municipal de 50 hectáreas.
Hay sospechas de que Clementino V. (45) tuvo algo que ver con el abuso o sabía quiénes habían sido los responsables. Lo habían visto por última vez el miércoles de la semana pasada. Antes de desaparecer, le dijo a una de sus hijas, palabras más, palabras menos, que él no iba a pagar por errores de otros.
El cadáver estaba pendiendo de un alambre sujeto a un árbol, ya en avanzado estado de descomposición y con botellas de caña alrededor. El juez de Instrucción Tres, Martín Brítes, ordenó la realización de una autopsia. Habida cuenta las «sorpresas» que viene deparando el caso de la pequeña abusada, no se descartaría nada: suicidio, suicidio inducido u homicidio.
El abuelo materno de la nena había declarado primero que prácticamente vio en acción al autor de la violación que había sufrido su nieta el domingo de la semana pasada, en horas de la madrugada. Después dijo que en realidad se había topado con el presunto abusador cuando traía de la mano a su nieta. Incluso precisó que la pequeña lloraba desconsoladamente y que estaba ensangrentada. Esas contradicciones hizo que quedara demorado, aunque luego recuperó la libertad.
El hecho de estar en la mira lo abrumó, estiman los detectives del caso.
Al tiempo que el abuelo se internaba en el monte, llegaban al juzgado de Brítes los primeros informes acerca del estado en que se encontraba la víctima. Fue allí donde surgió un dato que cambió el eje de la pesquisa. Los estudios indican que la niña presentaba signos de abuso de vieja data. Es decir, sucedidos antes de la denuncia que radicaron contra «Yiyo» (30), el único detenido que tiene el caso.
Los exámenes además arrojaron otro dato terrorífico: la pequeña habría sido mutilada con algún elemento cortante en la zona de la vagina.
Yiyo, de pronto, ya no estaba solo en el centro de las sospechas. Al ser detenido, este hombre (que se había radicado en el Fortín hacía poco tiempo) dijo que no tenía nada que ver, que el día del hecho cuando volvía de comprar caña encontró a la nena llorando en el camino y que él solo la llevó hasta su casa. Es más, apuntó que cuando la conducía a su hogar apareció el abuelo de la criatura y que lo culpó de la violación.
¿Y si Yiyo dijo la verdad?, se preguntaron los investigadores, que enfocaron las sospechas hacia el abuelo y otros parientes de la víctima. En esa línea estaban cuando llegó ahora la noticia de la muerte del abuelo.
Un caso aberrante que podría generar más sorpresas en las próximas horas.

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