Video: En el reino animal también existen los celos entre hermanos y así lo demuestra el pequeño gorila

Se llama Lopes, es un gorila de  cuatro años y hace de todo para que su mamá le preste atención. Pero ella sólo tiene ojos para el recién llegado.

Hasta el 24 de septiembre de 2016, Lopes era el centro del mundo. Pero ese día, para él, quedó marcado en rojo en su almanaque. No es un feriado. No es un domingo. Es el desdichado día para él en que nació su hermano.

Arranquemos con una premisa: LOS ANIMALES DEBEN VIVIR LIBRES. Así en mayúsculas. Habría que cerrar todos los zoos del planeta y sacar de sus jaulas hasta la última mariposa. Pero lamentablemente estos lugares existen y este caso se da en uno de ellos, más precisamente en el Twycross, en la ciudad de Atherstone, Inglaterra.

Lopes es un gorila de cuatro años. Que hasta ese 24 de septiembre era la luz y los ojos de su mamá, Ozala, que tiene 22 años. Y también de su papá, Oumbi, de 24 años. Una familia feliz (con las salvedades que hicimos en el párrafo anterior). Pero ese 24, que está marcado en rojo, todo cambió. Otro actor se sumaba a la trama. Un hermano (¿o hermana?)

A los cinco días del arribo de su hermano, Lopes se dio cuenta que su mamá no lo miraba. Ellla estaba distraída con ese bebé que venía a usurpar su lugar en el trono. Y Lopes creyó que era necesario demostrar que él era el preferido de la familia.

Mientras Ozala acunaba en brazos a su recién nacido, las cámaras del zoo captaron a Lopes golpeándose el pecho y haciendo lo que mejor sabe: monerías. Ninguno de sus esfuerzos tuvo resultado positivo. Su mamá lo ignoraba por completo, se daba vuelta para proteger al bebé.

Lo que hace Lopes lo hacen millones de nenes cuando a casa arriba un recién nacido. Una mezcla de celos y ya no ser el único querido. Pero estos gestos en los que muchos pueden encontrar muchas similitudes humanas, no han desaparecido con el correr de los meses.

Aquel recién nacido ya cumplió seis meses. Sigue sin saberse su sexo, porque las mamás gorilas no se despegan de su bebé en su primer año. Tampoco dejan que alguien se acerque y menos que lo toquen.

Un nuevo video, de estos días, muestra al pequeño gorila frustrado por no poder acercarse a su madre, y tampoco poder jugar con su hermano/a. Sigue haciendo todo lo posible para hacerse notar. Pero nada. Eso sí, no está sólo en su abandono.

Es que Oumbi, su papá, tampoco puede acercarse al bebé y por ende a Ozala, su esposa. Y deambula como un alma perdida. Por las tardes se lo ve en compañía de Lopes, caminando juntos y masticando pena.

 

 

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