Tragedia del Chapecoense: «Hay gente que me abraza y se pone a llorar»

A tres meses del accidente, Jackson Follmann luce su pierna ortopédica y sigue con el tratamiento de fisioterapia que lo mantiene activo. Voluntad inquebrantable la del arquero del Chapecoense, uno de los seis sobrevivientes de la tragedia que sucedió previo a la final de la Copa Sudamericana frente a Atlético Nacional de Medellín. «Nunca me voy a poder olvidar de lo que pasó en ese avión», mencionó.

Follmann habló de lo fuerte que está de la cabeza, más allá de tener presente los detalles de lo que ocurrió esa fatídica noche: «De repente todo se desconectó y se apagaron las luces. Empecé a rezar, sabía que algo no andaba bien. Los que seguimos vivos debemos agradecer esta segunda oportunidad que tenemos». Pero los instantes posteriores también fueron durísimos.

«Sólo recuerdo que me desperté en la oscuridad, abrí los ojos y empecé a gritar que no me quería morir. No sé cuánto tiempo demoró en llegar el rescate. Un hombre se me acercó y me dio la mano. Le dije mi nombre, mi edad y le conté que era brasileño. Cuando me tocó, vi que tenía una lesión muy grave. Después de eso no me acuerdo más nada«. Fuertes palabras del golero que cumplir apenas 25 años la semana que viene.

Antes del accidente, Follmann le pidió a Alan Ruschel (otro sobreviviente) que se sentara a su lado, pero él cree que no salvó a nadie: «Fue una cosa de Dios». En una entrevista hecha para Clarín, el hombre que se casará este año anticipó que tiene intenciones de seguir formando parte del club y que obviamente continuará como hincha.

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