El objetivo del experimento social fue que alumnos tomen conciencia de la rapidez con la que se difunden imágenes sin poder controlarlas.
Esmeralda Reviriego, una profesora de un colegio de Madrid, España, logró su propósito al demostrarle a sus alumnos la capacidad de difusión que tienen las redes sociales.
La docente pidió a sus alumnos del Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Las Veredillas de Torrejón de Ardoz dibujar un monigote para realizar un experimento social. El resultado fue inesperado: el dibujo llegó a países como Nicaragua, Venezuela, Honduras, Costa de Marfil, Italia, Francia , Estados Unidos.
La mujer enseña Geografía e Historia, y en sus clases habla de medios de comunicación e Internet. Tras pedir que dibujen, la segunda instrucción fue que compartan la imagen en las redes sociales, principalmente Instagram y Twitter.
Así lo hicieron justo antes del recreo. Los jóvenes nunca imaginaron que el alcance sería tal. Según Reviriego, el dibujo se volvió viral a través de Whatsapp y gracias a usuarios de entre 30 y 40 años, padres y madres que lo compartieron con conocimiento de que era un experimento social.
El objetivo del experimento fue que los alumnos tomen conciencia de la rapidez con la que se difunden imágenes sin poder controlarlas, según indica el texto que lo acompaña.
Para Reviriego, esto muestra el hecho de que los padres piensan que en algún momento sus hijos pueden ser víctimas de ciberacoso a través de la difusión de fotos. Ella mismo lo difundió por Whastapp y Facebook.
El experimento también tuvo gran difusión en Twitter, donde lo publicaron en su perfil la Policía Nacional y la Guardia Civil, con los hashtag #SoyNico y #HazloPorNico.
Reviriego confía, según publica The Huffington Post, en que sus alumnos tomen conciencia del potencial de viralización de las imágenes y del hecho de que cada vez que suben sus fotos en una red social pierden la propiedad de las mismas.
