Vecinos del joven atropellado en Posadas contaron que el hombre «siempre conducía borracho»

En el mediodía del domingo, Facundo (15) estaba ayudando a su tío en el negocio familiar ubicado por la Av. Urquiza, en la chacra 181, cuando un auto perdió el control y lo embistió. El conductor,  Lucio Walter Domínguez (34), tenía 2.60 de alcohol en sangre. Los habitantes de la chacra 181, indignados, indicaron que el automovilista se encontraba manejando en estado de ebriedad desde la tarde anterior.

 

Fiorella Heredia vive al lado de “Zorrilla”, el almacén donde sucedió el accidente relató: “El sábado a la noche hubo controles por toda Urquiza, en las dos manos. Vinieron con camionetas y motos, pero a él que estuvo pasando como loco todo el día con el auto no lo vieron”, comentó.

Domínguez, el hombre que atropelló a Facundo, es un conocido para los habitantes de la chacra 181: según comentaron, vive a unas pocas cuadras, en Barrionuevo, y esta no fue la primera vez que lo vieron en ese estado: “Todos los fines de semana hace lo mismo, pero ayer estaba como loco. Desde temprano se escuchaba cómo rechinaban las cubiertas en el asfalto. Nosotros teníamos miedo por los chicos. Más tarde, unos vecinos estaban haciendo un cordón cuneta y el tipo quería pasar por ahí a toda costa, pero no lo dejamos. Entonces siguió dando vueltas y en una de esas fue que se desvió contra el local», relataron, sobre el momento del choque que dejó a facundo en estado grave.

 «Venía a más de 80 kilómetros por hora seguro”, calculó Juan Ramón Ramírez, otro vecino de la 181. Heredia coincidió: “El impacto fue tan fuerte que el poste de luz que está sobre la vereda se inclinó y levantó todo el piso”.

 

Según comentaron los vecinos, la tragedia pudo haber sido mayor, ya que el almacén familiar es muy concurrido a esa hora: “Había otros tres nenitos chiquitos sentandos sobre la vereda y una vecina con su hijita en brazos a centímetros de donde pasó el auto”, recordaron.

Tras el incidente, los vecinos reaccionaron y quisieron sacar a Domínguez del automóvil, pero éste se resistió: “Se quedó adentro. Puso la música a todo volumen y nos hacía gestos mientras se mataba de risa. Eso fue lo que más nos indignó”. Ramírez agregó: “Apenas chocó, el hombre quiso salir marcha atrás. Si no fuera por los vecinos que intervinieron, se escapaba”.
Mientras tanto, Facundo sigue luchando por su vida en terapia intensiva del hospital Madariaga y todavía no lograron estabilizarlo. Además de la fractura en la pierna, tiene politraumatismos y tuvo que ser intervenido para quitarle un pulmón. Su madre, Felicitas, relató que se encuentra “muy grave. El médico no nos prometió nada, pero hay que seguir esperando”.

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