Cinco cosas que te hacen engordar, además de comer mal

Muchas veces nos preguntamos qué estamos haciendo mal porque no logramos adelgazar esos kilos de más incluso, comiendo de manera más saludable, y la realidad es que no sólo la comida tiene influencia sobre nuestro peso y estado nutricional. Hay varios factores que están implicados con la ganancia de masa grasa corporal y debemos tenerlos en cuenta a la hora de hacer un plan de descenso de peso y mejorar los hábitos alimentarios.

  1. Estrés y factor emocional: la mente y el cuerpo son un conjunto directamente relacionado y los cambios en uno afectan al otro y viceversa. Hay personas que ante un sentimiento de tristeza o una depresión sienten ganas de comer compulsivamente mientras que hay otras para las que el apetito desaparece. O, por el contrario, ante la alegría por algún evento especial y hecho personal buscan la comida como premio y/o festejo, y la mayoría de las veces estos alimentos son ricos en harinas refinadas, azúcares y grasas.

En cuanto al estrés, cuando se produce una persona atraviesa un cuadro de este tipo, se produce en el cuerpo una hormona llamada cortisol, la cual provoca a la larga, que se acumule mayor cantidad de grasa corporal.

  1. Dormir poco: las personas que duermen menos de 6 horas diarias producen mayores niveles de grelina y descenso de leptina. La consecuencia más importante de estas alteraciones neuroendocrinas es el aumento del apetito, especialmente por alimentos hipercalóricos y ricos en hidratos de carbono, para intentar sustituir la energía que no se recuperó por la falta de un sueño reparador. Y esto acaba provocando una sobrealimentación y, en último término, ganancia de peso.
  2. El sedentarismo: sin dudas la actividad física es fundamental para bajar de peso, debido a que a través de la práctica de la misma logramos un mayor gasto calórico y acelerar el metabolismo, lo cual implica que el cuerpo gaste naturalmente más calorías por día, y por otro lado la ganancia de masa muscular y disminución de masa grasa.
  3. Comer rápido: al comer apurados, sin masticar bien los alimentos, tenemos menos sensación de saciedad, lo que nos lleva a ingerir más comida de la que realmente nuestro cuerpo necesita. Además, hay que considerar que la señal de saciedad tarda aproximadamente de 20 a 25 minutos en llegar al cerebro desde el inicio de la ingesta, por lo tanto, mientras más rápido, más vamos a comer.
  4. Dejar una adicción como el fumar: este proceso genera una ansiedad en los exfumadores que, en muchos casos, les lleva a comer más o tomar como hábito el picoteo o consumo de dulces y golosinas, que “reemplace” al cigarrillo.

Por la licenciada Romina Krauss – M.P. N°147

 

 

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