La defensa de Milani pidió su excarcelación

El abogado del ex jefe del Ejército pidió al juez que evalúe la prisión domiciliaria.

Mientras esperaba ayer que su familia lo pudiera visitar en el servicio penitenciario de La Rioja, el teniente general retirado, César Milani , pidió al juez federal Daniel Herrera Piedrabuena, en las primeras horas posteriores a su detención, que revoque la decisión de mantenerlo preso mientras avanza el juicio por delitos de lesa humanidad durante la dictadura militar.

El pedido de revocatoria, que incluye una eventual apelación en subsidio a los tribunales superiores, le llegó al magistrado riojano en momentos en que debe decidir el muy probable procesamiento de Milani por torturas, allanamiento ilegal y privación ilegitima de la libertad contra Pedro Olivera, Alfredo Olivera y Verónica Matta, ocurridos cuando el militar retirado cumplía funciones en La Rioja, entre 1976 y 1977. El juez tiene cinco días para expedirse sobre el pedido de la defensa de Milani y diez días para definir su situación procesal.

Según publica el diario La Nación, Milani pidió a través de su abogado, Gustavo Feldman, que en el caso de que se resuelva mantener la prisión preventiva, se contemple la posibilidad de concederle la detención domiciliaria. Al fundamentar el pedido, la defensa del militar citó la doctrina de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en los casos Suárez Rasero, de Ecuador, y Díaz Bessone, de la Argentina. Sin embargo, en la Corte Suprema de la Nación prevalece un criterio restrictivo a la hora de evaluar la posible liberación de imputados por delitos de lesa humanidad.

«No existe posibilidad alguna de riesgo de fuga y tampoco existe posibilidad de entorpecimiento de la investigación», aseguró la defensa del ex jefe militar en el escrito. «Tampoco hay riesgo de que Milani se sustraiga de la Justicia. El riesgo, por lo visto, es que la Justicia se le sustraiga a Milani», subraya el pedido de revocatoria. Allí se insiste en que la conducta del ex jefe militar y de su defensa «en nada se asemeja a lo que tradicionalmente han hecho imputados y defensores por delitos de lesa humanidad», al destacar la «postura proactiva, con una narración y explicación detallada de todo lo que ocurrió», en contraposición a los casos en que los militares acusados se negaron a declarar.