Sally Yates, la fiscal que desafió a Trump

La Casa Blanca reaccionó con un despido por enfrentarse al veto migratorio

Sally Yates (Atlanta, 1956) fue nombrada fiscal general del Estado en 2015 y con ese movimiento se convirtió en la número dos del Departamento de Justicia del Gobierno de Barack Obama. La carta que escribió este lunes la letrada a los abogados del Estado para que no defendieran en las cortes el decreto migratorio firmado por Donald Trump —que suspende el ingreso durante 120 días a los inmigrantes procedentes de siete países de mayoría musulmana—, le ha costado el despido inmediato. El Gobierno de Trump ha puesto fin así a 27 años de servicio de la Fiscalía.

En 1989, Yates fue nombrada número dos de la Fiscalía del Estado de Georgia, al sureste del país. Seis años después fue la encargada de dirigir la acusación contra Eric Rudolph, el extremista cristiano que mató a una persona y dejó más de cien heridos en el atentado de los Juegos Olímpicos de Atlanta. En los últimos 20 años, según se lee en la web oficial del Departamento de Justicia, se ha dedicado con éxito a «un largo número de casos, incluidos numerosos fraudes llevados a cabo por políticos y ejecutivos». En 2010, Obama la nombró fiscal general del distrito de Georgia. Yates fue la primera mujer en recibir este cargo.

Casada y madre de dos hijos, Yates formaba parte del círculo de asesores más cercanos al ex fiscal general Eric Holder (2009-2015) y su nombramiento obtuvo el apoyo casi unánime del Senado. El único en votar en su contra fue el senador por Alabama Jeff Sessions, el conservador ahora escogido por Trump para ser fiscal general a la espera de ser confirmado en el cargo por el Senado. Yates se encargó de supervisar una iniciativa de la Casa Blanca que conmutó las penas de más de mil detenidos condenados por delitos no violentos.

Según se lee en la web oficial del Departamento de Justicia: «Yates ha centrado sus esfuerzos en fortalecer la seguridad pública, reformar el sistema de justicia penal, y mejorar el sistema penitenciario». Sus tareas diarias incluían también dirigir a los empleados del Departamento que ahora estarán bajo las ordenes de Dana Boente, nombrada como fiscal en funciones hasta que Sessions sea confirmado. En uno de sus últimos discursos, pronunciado en Harvard hace tres semanas,Yates recordaba «haber defendido Atlanta cuando la prensa la definía como la ciudad más peligrosa de Estados Unidos», haber luchado para «reducir las desproporciones en las sentencias de encarcelamiento» y, sobre todo, ha recordado a los estudiantes que «cada uno tiene un papel que jugar para diseñar el futuro».

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