Empresario español asesinado: el yerno tiró a la basura los zapatos que usó el sábado

Natalia Fernández Montes declaró y comprometió aún más a su esposo, Santiago Corona.

Natalia, la hija mayor de Roberto Fernández Montes, sigue comprometiendo a su marido, Santiago Corona, en el asesinato del empresario español ocurrido el sábado 21 de enero. Es que, según declaró ante el juez de Instrucción, Hernán Martín López, el detenido regresó a su casa a las 14:30, es decir, 40 minutos después de quedar grabado en el edificio del homicidio, para lavar su ropa: «A la mujer le llamó mucho la atención que su esposo se pusiera a lavar él mismo su propia ropa un sábado a esa hora», observó un jefe policial.

Corona salió a las 13.50 de la calle Aranguren 36 para llegar a su hogar de la calle Senillosa a las 14.30. Lo primero que hizo fue sacarse la ropa que llevaba puesta, ponerla en el lavarropas y tirar a la basura el calzado embolsado que llevaba puesto. Por eso, el juez ordenó secuestrar todos los residuos del edificio, pero hasta ahora no encontraron los zapatos.

Agentes de la Comisaría n°11 de la Policía de la Ciudad allanaron el domicilio del presunto «autor intelectual» del empresario español para secuestrar la ropa que estaba en el tender luego de haberla lavado. El juez pretende encontrar alguna mancha de sangre en la ropa que llevaba puesta el detenido cuando quedó filmado en el edificio del homicidio.

Por eso, las prendas ya están siendo analizadas en la División Laboratorio Químico de la Policía Federal. El objetivo: obtener algún dato incriminatorio. Por su parte, Corona se negó a declarar ante el juez.

Las hijas del empresario tienen miedo

Como sea, los investigadores descartaron que Corona haya participado en el descarte del cadáver en la localidad bonaerense de Cañuela o en la quema del auto Suzuki Fun en Esteban Echeverría porque, justamente, la declaración de su esposa lo ubicó en su propia casa tratando de eliminar cualquier mancha de sangre que lo condenara.

Sin embargo, en el auto secuestrado al detenido, un Citroën C4, los investigadores hallaron los US$ 20.000 que el empresario español guardaba en el motor de su yacuzzi. Finalmente, las fuerzas de seguridad continúan buscando al carnicero paraguayo, Pedro Ramón Fernández Torres, supuesto partícipe del asesinato.

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