Estamos viviendo un verano con temperaturas extremadamente altas y, además, nuestra región tiene un clima húmedo, ambas condiciones hacen que transpiremos mucho, perdiendo agua y minerales y si, sumado a esto consumimos poca agua fácilmente podemos atravesar un cuadro de deshidratación con sus graves consecuencias.
Los signos y síntomas que pueden indicar que nuestro cuerpo está deshidratado son:
- Fatiga
- Mareos
- Piel seca, con pliegues, flácida, incluso con escamas. Escalofríos.
- Calambres musculares
- Orina poco frecuente, de color oscuro.
- Estreñimiento
- Dolores de cabeza
- Halitosis (mal aliento)
- Dolores de espalda y articulaciones
- Cambios del estado de ánimo.
¿Qué hacer?
Ante estos episodios siempre se debe consultar a un médico para llegar a un diagnóstico certero y su respectivo tratamiento. Si se trata de una deshidratación debemos aumentar el consumo de agua a 8 vasos diarios y si hay indicación médica, sales de rehidratación oral. Además, no olvidemos los alimentos que nos aportan agua como las frutas y hortalizas, especialmente los cítricos, sandía, pera, melón, ananá, ciruela, tomate, zapallito, berenjena, entre otros. Lo ideal es entre 4 y 5 porciones diarias de los mismos, distribuidos en las comidas principales y alguna colación, de ser necesario.
Por la licenciada Romina Krauss
M.P. n°147