Gabriel Herrera, el doble femicida de Salta, declaró tras el asesinato de Andrea Neri ocurrido el 5 de enero pasado y admitió que la mató «por celos».
«La maté por celos. Yo no quería matarla. Los celos me jugaron una mala pasada», contó ante el fiscal Rivero el preso que mató a su novia dentro del penal de Villa Las Rosas
Herrera dijo estar muy conmovido y expresó su arrepentimiento.
Lo cierto es que el doble femicida repitió la misma estrategia que hace casi once años, cuando asesinó a su esposa Verónica Castro: «La maté porque la amaba. Me pidió el divorcio y no soporté la idea de que se fuese con otro».
De todos modos, indicó el letrado, «si la mató por celos o porque ella lo quería dejar, la calificación de lo que hizo es femicidio, es decir que estamos hablando de un hecho que se juzga por una ley especial y que tiene una pena más grave, que es la prisión perpetua».
El hecho ocurrió el 5 de enero, poco después de las 14, cuando Andrea entró a la celda de su pareja Gabriel Herrera, llevando en brazos a su bebé de dos meses. Era el día de visitas a los internos, por lo que dentro y fuera del penal había muchas personas.
En la celda Andrea y Gabriel estaban completamente solos. No pasó mucho tiempo hasta que el hombre de 39 años salió con su hijo en brazos, se lo entregó a los guardiacárceles y les avisó que había matado a la joven.