La mujer se desmayó en uno de los vestuarios del balneario y el personal a cargo del lugar se comunicó de inmediato con la policía, el 107 y la UPA, ubicada a escasos metros de allí.
Una de las trabajadoras del lugar corrió hasta el edificio donde funciona la UPA a pedir auxilio. «Afuera, estaba la ambulancia estacionada y dos hombres conversando. Cuando entré a pedir ayuda, la médica que estaba de turno me dijo que la ambulancia salía hasta las 18 y sólo faltaban siete minutos así que no iba a ir nadie», contó la empleada a 0223.
Desconcertada ante la respuesta de la profesional, Natalia insistió y le aclaró que la mujer no respiraba, por lo que temía que falleciera. «Entonces me preguntó si yo era médica, sino, cómo iba a saber si era grave o no», relató, entre sorprendida e indignada.
Ante la falta de asistencia médica, la guardavida de la pileta del balneario le practicó a la mujer maniobras de resucitación. Unos 40 minutos después de la última llamada, la ambulancia arribó al balneario y trasladó a la mujer, pero ya era tarde y falleció.