#TragediaEnBrasil: Uriel contó su experiencia en el accidente y las palabras de aliento para Matías y Érica mientras estuvieron atrapados

Otro de los protagonistas del accidente del micro de egresados que se cobró la vida de tres misioneras contó lo que vivió y lo minutos de angustia en los que pudo mantener la calma y contener a sus amigos heridos.

 

Rapea por hobbie y esa fue la llave para comenzar a compartir con los demás jóvenes que también formaban parte del viaje a Camboriú.

 

“Yo le conocí  a unos chicos que me preguntaban si rapeaba, estuve un rato con ellos los conocí. Tipo 11 menos cuarto o menos cinco bajé. Entonces cuando ocurrió el accidente lo primero que yo me acuerdo, la primera sensación que tuve es como que yo estaba apretado que había gente arriba mío. Cuando abrí los ojos vi que había gente que se había parado. El colectivo estaba del lado izquierdo para abajo o sea la ventanilla estaba tocando el suelo. Veo que la gente empieza a salir. Ahí yo doy vuelta la mirada y lo veo a Mati Noguera mi amigo, con el brazo jodido. Y yo estaba parado en ese momento y ahí mi amigo Lucas me empezó a decir Uriel vamos, vamos y yo le dije no pará,  tranquilo, me voy a quedar un rato acá. Él me seguía insistiendo en el pánico y le dije Mati va a perder el brazo yo me voy a quedar con él. Ahí el quedó shokeado según lo que me contó y ahí salieron todos”, dijo Uriel en una entrevista concedida a Canal 12.

Y prosiguió: “Quedé yo nomás abajo, el me decía que le estaba doliendo y le dije bueno Mati ya está y ahí yo agarré y puse mi brazo derecho en la espalda de él para que se agarre y no haga fuerza para tratare de salir porque le dolía. El hacía el movimiento para salir de ahí y le provocaba dolor. Hablamos cinco o seis minutos, yo le decía ya está viejo lo que pasó, pasó, me decía me duele, me duele. Yo le dije quedáte acá un ratito y voy al baño a ver qué pasa y estaba la chica Érica en el baño. Estaba abajo del bondi pero la cabeza daba para la ventana me decía que ella estaba atrapada y que no sentía las piernas. Fue que ella dijo que se estaba asfixiando y me dijo que había dos personas muertas. Yo empecé a pedir ayuda por favor yo le di la mano y la chica. Mati miraba la herida y empezó a gritar y desesperance y le decía ya está. No importa, quedate tranquilo. Yo no sé hasta ahora porqué actué así, pero bueno eso me enseñó mi mamá, por ahí era que ellos necesitaban a una persona que esté con ellos y fui yo”.

 

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