Unos 20 mil ciclistas peregrinos pedalearon desde Posadas a Itatí

Hombres y mujeres de más de 70 años, jóvenes, deportistas y trabajadores de reparticiones públicas, gente acostumbrada a la bicicleta como actividad física, y otros que solo la utilizan como medio de transporte para su devoción a la advocación mariana más importante de la región, describe el diario correntino Época.

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En las peregrinaciones ciclisticas desde Misiones se pueden encontrar fieles de todos los perfiles, y con vínculos de los más diversos entre sí: compañeros de trabajo, amigos eventuales que conforman grupos específicos para la travesía, familias con integrantes de varias generaciones, y conocidos de toda la vida.
Los une una misma motivación: reforzar su fe y agradecer a María de Itatí por las bendiciones recibidas.
Partieron hacen tres días, a las 4:30 de la madrugada desde el acceso a Posadas. Y como desde hace 36 años, emprendieron el camino de 270 kilómetros hasta Itatí. Algunos pedalearon todo el trayecto, y otros lo hicieron por tramos, alternando la travesía abordo de los vehículos de apoyo.
Tras pasar la noche en Itá Ibaté, a las 5 de la madrugada volvieron a la ruta, para arribar al pueblo de Itatí ayer al mediodía.
“Es gratificante ver cómo esta semilla que comenzamos a sembrar en el 76, con un grupo minúsculo, va creciendo hasta convertirse en una peregrinación de unas 20 mil personas en bicicleta”, resaltó en diálogo con época Marcelo Prochaska, referente de la Unión Gráfica Misionera, y uno de los impulsores de la iniciativa.
“Comenzaron organizando los mayores, luego nosotros, con la esperanza que sean hijos y nietos quienes lo continúen”, reforzó.
Esta vez, al arribar a Itatí, no hubo autoridades eclesiásticas del Rectorado de la Basílica para esperarlos con la tradicional bendición. Al parecer, el almuerzo comunitario para celebrar los 401 años de la fundación del pueblo concentró a todos los pobladores, incluidos los sacerdotes. No obstante, fue un conjunto musical quien protagonizaron una bienvenida emocionante.
Y luego, el cura párroco de Aristóbulo del Valle, Marcelo Szyszkowski que acompaña a los peregrinos ciclistas, fue quien ofreció la bendición.
“Llegamos con gratitud, a pedirle que aumente la fe, la esperanza y el amor, y que tome gratamente este esfuerzo de peregrinar. Que nos otorgue así un corazón más humano y solidario”, expresó.
La Basílica, en pleno mediodía, se colmó de familias con bicicletas.

Bienvenida musical

EPC081216-012F08Ayer se cumplieron 36 años desde que un pequeño grupo de misioneros emprendieron por primera vez una peregrinación en bicicleta, y unieron el trayecto que separa a Itatí de Posadas.
Para recibir a los peregrinos en dos ruedas, este año los esperó el conjunto musical de Manuel González y sus músicos, quienes ofrecieron un “humilde homenaje” a los devotos posadeños.
Con palabras cargadas de sentimiento, destacaron el esfuerzo y el ejemplo que aún a sus 85 años ofrece Teófilo Zurdel, el pionero en la travesía de fe.
Y tras la dedicatoria, ofrecieron los acordes y la canción que ya se convirtió en un himno para quienes visitan a la Madre de Itatí. Peregrinos de la esperanza fue el primero de los chamamés, al cual le siguieron varios más.
Entre aplausos, vivas a la Virgen, y abrazos emocionados, recibieron una sorpresa que conmovió a los miles de ciclistas que conformaron “la columna fundadora” de la manifestación de fe.
“Venimos a agradecer a la Virgen, y le pedimos cada año que nos cubra con su manto. Para que en todos los aspectos de la vida, desde la familia hasta lo laboral, nos podamos conducir con su protección”, remarcó Antonio Magnani, uno de los pioneros.

“Es un desafío para cuidarnos cada año”

Uno grupo de casi 20 personas parte desde hace años desde la localidadEPC081216-013F14misionera de Candelaria, a unos 30 kilómetros de Posadas, para encarar la ruta rumbo a Itatí.
Se conocieron al estar unidos por la misma fe y voluntad de estar presentes los 8 de diciembre para las celebraciones de la Inmaculada Concepción en suelo correntino.
Y desde entonces, organizados bajo la coordinación de un vecino que tiene una gomería en su localidad, pedalean movidos por la intención de “dar gracias a la Virgen, que nos cuida y acompaña”, relataron a época.
Con el circuito cumplido y al terminar una travesía sin mayores contratiempos, se tomaron en la explanada de la Basílica una fotografía grupal, que acreditara y sirviera de recuerdo de la experiencia compartida.
“Aunque hace mucho que lo hacemos, cada vez es diferente”, relataron.
En ese sentido, comentaron que este año una integrante femenina se sumó a la travesía. “Fue un buen trayecto, aunque hubo algún pequeño accidente de roce entre los rodados. No hubo lo que lamentar”, apuntaron.
Parte de la vivencia implica los preparativos previos.
“Acostumbramos a reunirnos durante el año, y cada uno se ocupa también de entrenar antes de la fecha, para poder llegar en buen estado físico al momento de peregrinar”, relataron.
“El entrenamiento también es un momento donde intercambiamos momentos gratos. Pero sobre todo, nos trae la fe”, dijeron.

(Fuente: Diario Epoca)

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