Caso Kachuk, el juicio: “Guido no tenía chances de sobrevivir”, aseguró otro testigo

Otro de los médicos citados en la audiencia de este martes del juicio por el homicidio de Guido Martín Kachuk (17) declaró que el adolescente baleado durante un intento de asalto ocurrido en los primeros minutos del 22 de febrero de 2011 en Posadas no tenía posibilidades de sobrevivir por la lesión letal que le había provocado el proyectil calibre 22 en la arteria ilíaca izquierda. “Se empezó a morir con el disparo”, afirmó el doctor Juan Andrés Milano, quien además de legista y traumatólogo es especialista en lesiones que dejan en el cuerpo las armas de fuego, de acuerdo con lo que sostuvo ante los jueces del Tribunal Penal Uno.
Su testimonio coincidió con el de su colega José Luis Portillo, quien había comparecido antes. Además, brindó una bocanada de oxígeno para el también médico Manuel Ignacio Ibarra, enjuiciado en este proceso bajo la sospecha de haber atendido de manera negligente a la víctima, ya que no se dio cuenta de entrada que el adolescente había sido baleado y que no estaba drogado ni borracho como él creía.
“El 22 es uno de los tipos de proyectiles que más muertes causan, porque su trayectoria es impredecible. Se la conoce como la ‘viborita’”, arrancó Milano su declaración.
“La hemorragia que causó en este joven fue gravísima. La zona afectada, el retroperitoneo actuó como muro de contención del sangrado”, estimó. Y también consideró que si el joven aguantó los efectos demoledores de la hemorragia fue por su corta edad y la posibilidad de su cuerpo de compensarse.
Dijo que cuando Guido fue llevado al hospital la situación que estaba desatando internamente ya afectaba al sistema nervioso central y que eso explicaba el grado de excitación psicomotriz que presentaba.
“Los parámetros que presentaba cidosis 697 y hematocrito 16 eran incompatibles con la vida. Ya se encontraba atravesando su etapa terminal”, explicó ante los camaristas Eduardo D’Orsaneo, Martín Errecaborde y Ángel Dejesús Cardozo.
Según Milano, quien es un experto tirador que ha ganado muchos torneos, Guido “no tenía chances desde el momento que ingresó” al sector Emergencias del Madariaga, donde el emergentólogo de guardia era Ibarra.
Después de remarcar que en medicina lo más difícil es el diagnóstico, sostuvo que lo más acertado para determinar qué le sucedía a Guido era un paneo tomográfico. Así avaló lo hecho por Ibarra, quien luego de sacar a flote de un paro cardíaco a Kachuk y al notar que el chico despedía sangre por la orina, solicitó una tomografía. Recién allí supo que el muchacho tenía una bala en el abdomen. Minutos después, el muchacho entró al quirófano y falleció en medio de la operación.
Además de Ibarra, están siendo juzgados los presuntos responsables del asalto donde balearon a Guido: Ricardo “Chuchi” Ríos y Maximiliano “Maxi” Acevedo.
La testigo que siguió a Milano fue Gabriela Blanco, una conocida de Acevedo, quien debía declarar la semana pasada y recién fue ubicada en los últimos días. Ella contó que horas después del hecho se enteró por boca de un hermano de Maxi, que éste y un amigo habían “matado a un chico”, pero que no había sido Maximiliano el autor del disparo, sino el conocido de éste.

El destino de la ropa de Guido
La lista de declarantes se completó con los médicos Aldo González Kriegger y Miguel Ángel Faraudo y la enfermera Gabriela Raquel López.
López estuvo en Emergencias cuando atendieron a Guido. Fue citada la semana pasada después de que una colega dijera que había sido ella quien se hizo cargo de la ropa de la víctima luego de que la desvistieran para tratarla. Precisamente el destino de las prendas del chico era una incógnita, porque sus padres solo recibieron sus zapatillas y una cadenita.
La enfermera recordó que Kachuk no fue atado pese al grado de excitación que evidenciaba y que ella entregó la ropa en una bolsa negra supuestamente a un familiar, al que no pudo identificar. También manifestó que el médico Ibarra trabajó tanto en el shock room 1 como en el 2.
El debate seguirá el jueves. Ese día, a las 10, el presidente del Tribunal, D’Orsaneo, y representantes de cada una de las partes irá al domicilio de la anestesista María Cristina Castillo Pereira, la única testigo que resta comparecer. La declaración se hará de esa manera porque la profesional tiene problemas con su embarazo y debe guardar estricto reposo.
Después de esa declaración se sabrá cuándo son los alegatos y la sentencia.

MAS

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas