La ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, afirmó que «no es sólo el crecimiento económico lo que va a cambiar o reducir la pobreza en la Argentina», remarcó que se trata de un accionar «multidimensional» y sostuvo el gobierno de Mauricio Macri pasó de «un período asistencialista a una propuesta de inclusión real y de mediano y largo plazo».
«Hay una pobreza estructural de muchos años, no es sólo una cuestión de ingresos. Hay mucha tarea para hacer en lo social para que además del crecimiento económico sea efectiva», enfatizó Stanley en una entrevista con el diario La Nación.
La ministra definió a la actualidad del país como «un período de transición», que se extenderá hasta que el gobierno consiga «generar los empleos genuinos, formales, de calidad que les permitan tener ingresos a las familias que hoy la están pasando mal».
«Mientras tanto, como Estado, garantizamos unos ingresos mínimos», apuntó.
Dijo que «en la Argentina hay un 40% de trabajadores que generan sus ingresos pero están en la informalidad» y por esa razón señaló que hay «un trabajo conjunto con el Ministerio de Trabajo para visibilizar e incluir a estos trabajadores, con el Ministerio de Educación para las capacitaciones y la posibilidad de crecer en la tarea que hacen. Y sobre todo con la inclusión en el plan productivo nacional».
Aclaró que «no hay que confundir intermediación con clientelismo», cuando se le consultó si el Estado reconoce a las organizaciones sociales como «intermediarios» con los sectores más marginados.
«Un gran avance que logramos con el proyecto es el registro de trabajadores informales, donde apuntamos a una transferencia de ingresos, sin intermediarios, para erradicar definitivamente el clientelismo», indicó.
Stanley manifestó, por otra parte, que el dato del 32 por ciento de pobreza dado a conocer es «un compromiso» asumido por el Ejecutivo, a partir de la certeza de resulta «muy importante hablar sobre la verdad de esta situación. Cuando uno niega estigmatiza, lo tapa, lo esconde».
Sobre la situación económica general, vinculada con su área específica, la funcionaria aseveró que se está yendo «en la senda correcta» y dijo que a propósito de la situación heredada por Macri «lleva un tiempo y un proceso pero se han tomado medidas que muestran un giro definitivo en el giro de la economía».
«Hay muchas medidas que tienen que ver con la confianza, la institucionalidad de un país que sale al mundo a pedir inversiones, a mostrarse como un país confiable y seguro para invertir, para generar empleo. Todo eso ya está pasando, vamos a ver los resultados en muy corto plazo. Pero no es sólo el crecimiento económico lo que va a cambiar o reducir la pobreza en la argentina. Es multidimensional», enfatizó.
Destacó como «fundamental» el rol que cumple los distintos actores de la Iglesia Católica en función del diálogo social y la búsqueda de consensos, pues «su representatividad de los sectores más pobres, más vulnerables, es la representatividad que hace muchos años tiene y es la voz».
Consultada si al gobierno les «molestan los señalamientos profundos del Papa» Francisco, respondió: «Nos duele e interpela igual que a él. Y nos convoca a trabajar para transformar esas realidad».
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