No solo River, también el gobierno de Corea del Sur compró Viagra para combatir «la altura»

El gobierno de Corea del Sur admitió haber comprado Viagra para «combatir el mal de altura» en un viaje a África de la presidenta, Park Geun-hye, en un nuevo y extraño capítulo del escándalo de la denominada «Rasputina coreana», el caso de presunta corrupción y tráfico de influencias que revolucionó al país. El plantel de River Plate había tomado viagra en febrero del año pasado, para no sufrir las consecuencias de la altura ante el equipo San José de Oruro (3800) metros sobre el nivel del mar, en un partido por Copa Libertadores.

Compramos el pasado mayo bajo prescripción médica 360 píldoras de viagra, parte de ellas originales y el resto genéricas», confirmó a la agencia EFE un portavoz de la oficina presidencial, después de que medios locales destaparan información sobre la inusual adquisición.

«Tras viajar a Sudamérica en abril, el personal de la comitiva presidencial se quejó de que las píldoras para el mal de altura apenas les habían hecho efecto, por lo que acudimos de nuevo a los doctores en busca de un remedio alternativo», explicó el portavoz.

El vocero aseguró que los médicos les recetaron las píldoras de Viagra como «remedio alternativo» para el posterior viaje a finales de mayo a Etiopía, Uganda y Kenia, cuyas capitales se encuentran a una altitud de 2.355 metros sobre el nivel del mar en el caso de Adís Abeba, 1.189 en el de Kampala y 1.661 en el de Nairobi.

El portavoz aclaró, sin embargo, que «finalmente no se usaron las píldoras» ya que ni la presidenta ni su comitiva sufrieron de mal de altura.

También calificó como «rumores infundados» las conjeturas de la prensa y los internautas sobre supuestos encuentros secretos de Park con un amante o rituales relacionados con el caso «Choi Soon-sil», la amiga íntima de la presidenta e hija del fallecido líder de una secta religiosa.

En estos momentos la presidenta es acosada por las peticiones masivas de renuncia y por los intentos de llevarla a los tribunales en relación al tremendo escándalo protagonizado por ella y Choi, bautizada como «la Rasputina coreana».

Los fiscales creen que, con la connivencia de Park, Choi extorsionó dinero de empresas para quedarse con parte de los fondos, intervino en asuntos de estado sin ostentar cargo público alguno, editó discursos presidenciales y logró que se otorgaran privilegios académicos a su hija. Télam.

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