Trump da marcha atrás y no prevé investigar a Clinton desde el Gobierno

 

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, comunicó hoy que no desea presentar cargos contra Hillary Clinton y quiere que los republicanos del Congreso pongan fin a años de investigaciones contra ella y su marido, el ex presidente Bill, dando marcha atrás en sus promesas de campaña tras machacar con que su rival era deshonesta y debía ir presa.

El brusco giro fue anunciado por la vocera del equipo de transición del presidente electo, Kellyanne Conway, quien claramente presentó los deseos de Trump como un mensaje al liderazgo republicano del Congreso, no al Departamento de Justicia, que debería encabezar cualquier investigación contra Clinton.

Trump, quien se encuentra en pleno armado de su gobierno desde su triunfo electoral de este mes, dijo durante toda su campaña que su adversaria demócrata en la carrera por la Casa Blanca estaría «en prisión» si él fuera presidente, por haber usado una cuenta de correo persona, y no la oficial, cuando fue secretaria de Estado, exponiendo información clasificada.

Sin embargo, el director del FBI, James Comey, dijo en dos ocasiones que no había evidencia de que Clinton hubiera expuesto información clasificada, poniendo en riesgo la seguridad nacional, y que por lo tanto no correspondía presentar cargos en su contra por haber usado un servidor privado y no el oficial.

«Hillary Clinton todavía tiene que enfrentarse al hecho de que la mayoría de los estadounidenses no la consideran una persona honesta y en la que se puede confiar, pero si Donald Trump puede ayudarla a sanar, entonces tal vez eso sea algo bueno», dijo Conway en entrevista con la cadena MSNBC.

«Creo que él está pensando en muchas cosas diferentes ahora que se prepara para convertirse en presidente de Estados Unidos, y las cosas que suenan como de campaña no están entre ellas», agregó la vocera, insinuando más cambios respecto de las por momentos incendiarias propuestas de Trump.

Ayer, el presidente electo celebró haber mantenido «más reuniones grandiosas» en su Trump Tower de Manhattan, el lugar donde hoy siguió conformando su futuro gobierno antes de viajar a Florida para pasar la fiesta del Día de Acción de Gracias, en horas de la noche.

En cuanto a otras investigaciones contra Clinton, el magnate inmobiliario republicano ya pareció haber moderado su posición en una entrevista que dio en el programa «60 Minutes» de la cadena CBS poco después de haber ganado las elecciones del 8 de noviembre pasado.

Consultado sobre más investigaciones, Trump dijo entonces: «Voy a pensarlo. Siento que me quiero centrar en el empleo, en la salud, en la frontera e inmigración y en lograr una ley inmigratoria realmente buena».

Conway pareció dejar en claro que la nueva postura de Trump está dirigida a los republicanos del Congreso, quienes han investigado sin pausa a la ex secretaria de Estado, tanto por los emails como por su actuación en relación con el ataque al consulado estadounidense de Bengazi, en Libia, en 2012.

Cuatro estadounidenses, entre ellos el embajador en Libia, murieron en ese ataque.

Clinton dijo inicialmente que el atentado en Bengazi fue cometido en el marco de una protesta espontánea contra Estados Unidos, pero luego admitió que se trató de un ataque bien planeado cometido por un comando islamista.

«Creo que cuando el presidente electo, que es también la cabeza de tu partido, te dice antes de ser investido que no desea presentar cargos, está enviando un mensaje muy fuerte de tono y de contenido a los miembros del Congreso», señaló Conway.

El giro promete enfadar a muchos de los seguidores más fieles de Trump, que durante los actos acostumbraban a corear consignas pidiendo enviar a Clinton a la cárcel.

Hoy, el portal Breitbart, uno de los más influyentes en la derecha radical de Estados Unidos, abrió con el titular «Promesa rota» para informar de la decisión de Trump, informó la agencia de noticias EFE.

Trump no dudó en alimentar durante la campaña las dudas en torno a su rival, refiriéndose a ella continuamente como «Crooked Hillary» (algo así como «Hillary la Deshonesta») y alimentando entre los suyos la posibilidad de que Clinton terminase entre rejas.

Pero el mandatario electo también ha prometido poner fin a las profundas divisiones en el país abiertas por la áspera campaña presidencial, y ha insistido en que quiere ser el presidente «de todos los estadounidenses».

Aunque muchos no le creen y han salido a protestar en distintas ciudades del país, el magnate ha recibido a una serie ideológicamente diversa de funcionarios, en su mayoría republicanos, mientras trata de conformar su gabinete y su gobierno.

Entre ellos figura Mitt Romney, el candidato presidencial republicano de 2012, quien durante la campaña dijo que Trump no estaba capacitado para ser mandatario. Trump lo llamó «perdedor».

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