Caso Kachuk, el juicio: «Escuchamos una detonación y luego vimos a Guido tambaleándose»

El sereno Miguel Ángel Rojas fue otro de los testigos citados este viernes en la segunda audiencia del juicio por el homicidio de Guido Kachuk (17), el adolescente que murió tras ser baleado en un intento de asalto ocurrido el 22 de febrero de 2011 en Posadas.
«Yo trabajaba en el barrio donde residía el chico. Esa noche, cerca de las 12, él pasó hacia la parada de colectivos y me saludó a mí y a otros tres muchachos que estaban conmigo tomando mates. Me dijo que ese sábado no hiciera planes, porque él iba a festejar sus 18 años», declaró ante el Tribunal Penal Uno, que lleva adelante el proceso oral y público en el salón de usos múltiples del Palacio de Justicia.
El testigo dijo que fue a hacer una ronda por el vecindario y al poco tiempo ve a Kachuk venir tambaleándose desde la avenida Lavalle (cerca de Chacabuco) y luego desplomarse boca a abajo. En eso oye los gritos desesperados de los jóvenes que lo acompañaban y que ya se habían acercado al adolescente. «Los gritos eran cada vez más desesperados y me acerqué. Ahí noté que Guido respiraba muy mal y no respondía a lo que le preguntábamos. A mí se me hizo que lo habían apuñalado», dijo el sereno.
Rojas agregó que dijo a los jóvenes que fueran a buscar a la familia de Guido y que el primero en venir fue Lucas, hermano del herido. «Ahí lo revisamos, le levantamos la remera a la altura del estómago y seguía respirando muy mal. Después vino el padre y se lo llevó al hospital», indicó.
El trabajador ratificó que escuchó una detonación, «como la de un cohete», poco antes de que vieran tambaleando a Guido.
Rojas recordó que le llamó la atención que cuando estaba el chico caído, se acercaron dos desconocidos, uno sin remera, a preguntar lo que había pasado. Y que luego volvió a ver a esas personas por la avenida Lavalle. Cuando el presidente del Tribunal, Eduardo D’Orsaneo, le preguntó si alguno de esos desconocidos era Maximiliano Acevedo o Ricardo Ríos (los acusados de haber baleado a Kachuk), los miró y respondió que no.
Uno de los jóvenes que acompañaban a Rojas esa madrugada era Pablo Tkaczuk. Él también compareció. Aclaró que había pasado mucho tiempo del hecho, pero que recordaba que había visto caer a Guido sobre un cordón cuneta de la calle Formosa y que de inmediato fueron a asistirlo. «Estaba como convulsionando y nosotros fuimos a buscar al padre», apuntó.
Sobre la detonación previa, afirmó: «Escuché un disparo de arma calibre 22». Cuando le preguntaron si había visto sangre en el cuerpo, aseguró que no.
Ezequiel Kott fue el testigo siguiente. «Estábamos entre amigos con el sereno Rojas y pasó Guido. Nos saludó e invitó a su cumpleaños que era el fin de semana. Y dijo que iba para la casa de la novia. Al rato escuchamos una detonación, como de un cohete. Luego volvió Guido corriendo y gritando, y se desvaneció delante nuestro. Se tomaba la zona abdominal», detalló. Tampoco vio sangre.

«Como hermano lo único que pido es que se haga justicia»
El último testigo de la ronda fue Lucas Kachuk. «Como hermano lo único que pido es que se haga justicia», fue lo primero que dijo.
«Esa noche cenamos en casa y estábamos muy contentos, porque a Guido le había ido bien en un examen. Después mi papá le dio permiso para que fuera a la casa de su novia. Salió y a los diez minutos tocó el timbre el muchacho Kott y me dice que Guido estaba tirado en la calle. Fui a verlo, estaba muy mal, por lo que avisé a mi papá», señaló.
Después habló del traslado al hospital Madariaga y de lo que le dijo a él y a su padre Jorge el médico Manuel Ibarra (imputado por homicidio culposo en la causa): que el jovencito estaba «sacado, drogado y alcoholizado»
Lucas recordó que tanto él como Jorge le respondieron que Guido no estaba ni drogado ni borracho. Y que el doctor de guardia volvió a insistir con su versión. «Incluso dibujó la ‘jarra loca’, que supuestamente por entonces consumían los chicos», remarcó.
El joven se quebró durante el relato. Lo mismo pasó con varios familiares presentes. Comprensible para una situación tan dolorosa como fue el trágico final del adolescente.
Lucas negó que Guido haya consumido alcohol esa noche ante la consulta de la defensa de uno de los acusados.
Además de Ibarra, sospechado de haber atendido de manera negligente a la víctima, están imputados Maximiliano Acevedo y Ricardo Ríos, sindicados como los asaltantes que lo abordaron en Lavalle y Chacabuco, hecho en el que el jovencito fue herido mortalmente.
El juicio pasó a un cuarto intermedio hasta el martes, cuando sigan las testimoniales.

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