Obispo Bitar cerró la puerta santa de la Misericordia en Oberá

En una tarde espléndida, tal como al inicio del año jubilar, el Obispo Bitar cerró la puerta santa de la Misericordia en la Catedral de Oberá. Tiempos complejos y convulsionados que inspiraron a Francisco a vivir un año de la Misericordia.

Un año jubilar y de compromisos hacia los de la “periferia” donde se cierra la puerta santa de madera, un simbolismo dijo; pero se volverá a abrir en el 2025.

“La puerta santa de Dios no se cierra nunca, pase lo que pase, arrastremos lo que arrastremos en nuestras vidas, Cristo nos recibe con los brazos abiertos hasta el último segundo de nuestras vidas”.

Aconsejándonos sobre la seguridad que todos buscamos que está en las “cosas de la tierra”. La auténticay absoluta seguridad estási se descansa en Jesús, en el corazón de Cristo crucificado y resucitado. Y dejándonos “tarea” con respecto a la carta sobre amor de matrimonios y familia; acerca de acompañar, discernir e integrar a todas las familias.

El papa Francisco, en Noviembre de 2015 nos dio un mensaje:”No se puede vivir sin perdonarse, o al menos no se puede vivir bien, especialmente en familia”.

Estamos finalizando el año jubilar de la Misericordia, Francisco nos ha demostrado que las “formas” son preventivas y útiles.

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Colaboración de Gabriel Alsó

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